El Rojo fue el dominador durante los 45´ minutos iniciales contra un rival dócil, que apeló a resguardarse bien cerca de su arco para evitar los daños y desde ahí soñar con una contra que nunca llegó. Algunas aproximaciones en los pies de Maximiliano Meza o Martín Benítez había sido una advertencia de lo que finalmente luego se cristalizó por intermedio de Romero, cerca de la media hora de partido. Luego de una gran jugada colectiva pero que se vio favorecida por una serie de fallas dentro del área del cuadro japonés. El balón cayó en los pies del «Chino», quien gambeteó al arquero y definió ante el arco vacío.
En el segundo tiempo, el conjunto de Ariel Holan comenzó a sufrir debido al desgaste físico que realizó en la primera mitad y la presión de no poder ampliar la distancia en el marcador. El capitán Martín Campaña comenzó a tener más tarea, a punto tal de terminar siendo una pieza vital durante los minutos finales para sostener el resultado ante los embates de los futbolistas japoneses.
El final llegó y el equipo de Avellaneda conquistó así su decimoctavo título internacional en la historia, estadística que le permitió igualar la línea de Boca y el Milán. Tras caer en la final de la Suruga Bank 2011 ante el Júbilo Iwata, el club de Avellaneda se tomó revancha en Japón, y volvió a ubicarse entre los clubes con más títulos internacionales tienen en su vitrina.