Contrarreloj

Alberto Fernández sobrevoló esta tarde en helicóptero el Área Metropolitana de Buenos Aires para verificar el cumplimiento del aislamiento social obligatorio.

Entre los descreídos, los que festejan como si fueran vacaciones, los que siguen pisando la calle como si el virus fuese una imaginación que solo está en nuestra mente, el gobierno puja para que las medidas se cumplan. El presidente muestra entereza, lidera con la velocidad que esperamos, pero quizás no se pueda esperar que los ciudadanos respeten lo que se pide. Somos omnipotentes y omnipresentes. La desinformación circula y entre tanta saturación ya no sabemos que es creíble y que no. Una decisión sana es seguir solo los canales de información oficial y el resto directo a “eliminados”.

Contener a los mayores, a los amigas y amigos que entran en pánico sea la tarea más fácil. Pero con los que no respetan la vida propia ni ajena la única alternativa que nos queda es seguir informando. Tal vez las medidas les parezcan exageradas. Quizás porque les cuesta el límite o la autoridad. Quizás solo quizás porque no podemos culpar a nadie y hacernos responsables de nuestras propias acciones.La ministra de Seguridad Sabina Frederic recorrió los puestos de control. Secuestraron vehículos e iniciaron causas penales a los ciudadanos que violaron el aislamiento social obligatorio. La Policía Federal detuvo a 48 personas, la Gendarmería Nacional a 645, la Policía de Seguridad Aeroportuaria a 29; la Prefectura Naval a 6, y la Policía de la Ciudad de Buenos Aires a 15. “Hay que pedirle a la población que apele a su conciencia y a su responsabilidad, y al sentimiento de que nadie está exento de contraer esta enfermedad, ni de transmitirla, concluyó la ministra a los medios. Estas cifras demuestran que seguimos sin entender».

El presidente está preocupado. No eligió comenzar su mandato con esta crisis. Pero lo acepta y lo lidera como si controlar pandemias fuese moneda corriente. Esta tarde sobrevoló en helicóptero el Área Metropolitana de Buenos Aires para verificar el cumplimiento del aislamiento social obligatorio. Quizás con la esperanza que mirando el cielo, entremos en consciencia de que nadie elige exponer su vida a menos que su posición sea ineludible.
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