A 2 años del asesinato de Fernando Báez Sosa

A dos años del violento homicidio de Fernando Báez, recordamos qué fue lo que pasó y en que estado se encuentra la causa.

Como tantos adolescentes, un 16 de enero de 2020 Fernando Báez Sosa de 18 años llegó a Villa Gesell junto con amigos de la secundaria Colegio Marianista de Caballito. También lo acompañaba su novia, Julieta Rossi, con quien cumplía 10 meses de relación el domingo 19.

Cómo eran un grupo numeroso, se hospedaron en el hostel Hola Ola y habían reservado habitaciones hasta el 23 de enero. 

Al día siguiente de llegar a la costa, todos decidieron que a la noche irían a bailar al boliche Le Brique, ubicado en Av. 3 y Calle 102 de Villa Gesell. La noche comenzó en el hostel donde cenaron todos juntos y luego el grupo se dividió. Fernando se quedó con 6 amigos. 

A la madrugada, tras salir del boliche, conversaba con sus amigos en la vereda de enfrente cuando comenzó el fuerte ataque que todos conocemos.

Según las cámaras de seguridad, entre las 04:41 y las 05:00, Sosa recibió trompadas y patadas en el cuerpo y en la cabeza. Los golpes le provocaron un estado inconsciente y por lo cual lo asistieron varios policías. Además, un turista debió realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar.

Posteriormente, lo trasladaron en ambulancia al Hospital Arturo Illia, donde finalmente falleció.

Según lo determinado en la autopsia, Fernando Báez Sosa murió por «un paro cardíaco producido por shock debido a traumatismo de cráneo».

El homicidio generó un fuerte impacto y volvió a poner el foco en la participación de rugbiers en hechos de violencia. Hoy se cumplen dos años de su asesinato y cerca de una decena de rugbiers permanecen detenidos a la espera del juicio.


¿Qué paso después?

Imputaron a los atacantes por el delito de «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas».

Los identificados fueron Máximo Thomsen (21), Ciro Pertossi (21), Luciano Pertossi (20), Lucas Pertossi (22), Enzo Comelli (21), Matías Benicelli (22), Blas Cinalli (20), Ayrton Viollaz (22), Juan Pedro Guarino (20) y Alejo Milanesi (20).

Además, tras las detenciones, se ordenó la captura de Pablo Ventura, otro joven oriundo de Zárate que habría participado en el ataque y había escapado de Gesell en un auto. Finalmente por falta de elementos que lo vincularan al hecho, Ventura fue liberado tres días después.

Los rugbiers fueron sometidos a ruedas de reconocimiento, y ocho de ellos fueron identificados entre los agresores por parte de los amigos de la víctima.

El 29 de enero, los individuos presuntamente involucrados fueron trasladados a la Penitenciaria 6 de Dolores.

El 10 de febrero recuperaron la libertad Guarino y Milanesi, los únicos que no fueron reconocidos, aunque continúan imputados como partícipes necesarios. Los ocho restantes permanecieron con prisión preventiva en esa unidad.

El 13 de marzo fueron derivados a la Alcaidía 3 del penal de Melchor Romero en La Plata, 6 días antes de que se declarara la cuarentena a nivel nacional por la pandemia del coronavirus. En los meses siguentes, se continuó con la investigación del caso.


Mensajes y pericias

A mediados del 2020 se descubrieron mensajes, que se habrían mandando después del ataque en un grupo de WhatsApp.

En uno de ellos, enviado 04:55, Lucas Pertossi escribió:

«Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos. Está la policía».

Ciro Pertossi 6.06, respondió:

«Chicos no se cuenta nada de esto a nadie».

Según la fiscal, esta conversación podría tratarse de un planteo o pacto para guardar silencio entre ellos mismos sobre lo sucedido.

Según consta la causa, en el celular de Lucas Pertossi se encontró un vídeo en el que se ve cuando la victima cae al piso, por el golpe. Por otra parte, se llevaron a cabo también una serie de pruebas en búsqueda de ADN.

Estas mismas determinaron el hallazgo de sangre de Fernando en la camisa de Benicelli, y material genético compatible con Cinalli en la uña del dedo meñique de la víctima. Lo que implica que al defenderse durante la agresión lastimó a este último.

A su vez, una pericia estableció que una huella identificada durante la autopsia en el rostro del joven asesinado correspondía con la impronta del calzado secuestrado a Thomsen. 

A partir de estos elementos, testimonios y material fílmico, el juez solicitó el 17 de noviembre que sean sometidos a juicio los ocho rugbiers que continúan detenidos por el hecho, y que los dos que se encuentran en libertad sean sobreseídos.

Luego, durante el mes de abril, La Cámara de Apelaciones y Garantías de Dolores ratificó la preventiva a estos ochos jóvenes.  Asimismo mantuvo la carátula de homicidio doblemente agravado.


Juicio

Actualmente, se está a la espera del juicio oral, que fue fijado para el 2 de enero de 2023 en el Tribunal Criminal N°1 de Dolores, en el cual declararán más de 130 testigos, y algunos de los acusados podrían ser sentenciados a cadena perpetua.

En octubre último, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, integrado por los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, dispuso que el juicio oral contra los rugbiers se iniciará el 2 de enero de 2023, con la declaración de más de 130 testigos a lo largo de 22 jornadas. 

Los ocho afrontan cargos por “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, delito que prevé la prisión perpetua.

Además, en el juicio se debatirán las responsabilidades penales de todos ellos por las lesiones sufridas por cinco amigos de Fernando que se encontraban con él cuando fue asesinado.

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