Luana Ludueña tenía 26 años, trabajaba en un vacunatorio cerca del estadio Orfeo y era bombera voluntaria en la provincia de Córdoba. Esta joven se animó y denunció por abuso sexual al ex director de Defensa Civil, Diego Concha.
Como tantas otras, la joven bombera tenía miedo de denunciar a su abusador. En este caso, porque él era su superior a nivel laboral y había sido detenido en dos ocasiones por violencia de género.
Tras sufrir amenazas y hostigamiento por haber hablado, intentó terminar con su vida el jueves 20 de enero. Finalmente Luana falleció al día siguiente en el Hospital San Vicente Paul Villa del Rosario.
Su abogado, Carlos Nayi sostuvo que «no pudo superar las secuelas psicológicas que le produjo este asalto sexual». Además solicitó que a raíz de su muerte, se modifique la carátula y sea considerado un caso de homicidio en ocasión de abuso sexual, lo que implicaría cadena perpetua para el abusador.
Según Nayi, un antecedente similar es el caso de Sathya Aldana, quien adoptó la misma decisión que Luana, con 19 años tras ser abusada sexualmente por su padre. El hombre fue condenado en julio pasado con la máxima pena.
Por el momento, el acusado permanece detenido en la cárcel y la imputación para Diego Concha fue por abuso sexual con acceso carnal doblemente calificado, por mediar violencia de género y por haber cometido el delito durante sus funciones.
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Luana antes de quitarse la vida, había escrito una carta y varios posteos en redes que pudieron reflejar su angustia.
“Mejor desde cero que decir desde nunca. Saname las heridas, saname la vida”, había escrito la víctima adjuntando una foto junto al perro de búsquedas con el que realizaba sus tereas de bombera. Otras de las frases premonitorias fue: «Mi vida no es la que tenía antes, camino sin rumbo».