¿Qué hicieron con Franco Isorni?

Murió en plena pandemia en Santiago del Estero. La policía aseguró que fue un accidente de tránsito, pero en las pericias le encontraron un balazo en la cabeza. Después de muerto, profanaron su tumba dos veces. Al día de hoy su familia espera justicia.

La pandemia hizo estragos en muchos niveles. En el sistema de salud, en la economía, en las mismas relaciones. La sociedad se vio interrumpida por un sinfín de dudas sobre cómo cuidarse, por dónde transitar, cuándo y de qué manera.

La incertidumbre nos empujó a ser precavidos en muchas cosas, en algunas que al día de hoy no tienen sentido. Pero había algo de lo que no sabíamos que nos teníamos que cuidar: la violencia institucional.

Los agentes de seguridad debían hacer que la sociedad cumpla con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) en el momento de la pandemia más dura. Ante eventuales faltas, debían hacer cumplir el decreto difundido por el presidente Alberto Fernández. ¿Qué implicaba esto?

En el artículo 4 del decreto 297/2020 se determinó que  «cuando se constate la existencia de infracción al cumplimiento del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” o a otras normas dispuestas para la protección de la salud pública en el marco de la emergencia sanitaria, se procederá de inmediato a hacer cesar la conducta infractora y se dará actuación a la autoridad competente, en el marco de los artículos 205, 239 y concordantes del Código Penal».

(Telam)

De esta manera, los agentes de seguridad debían «disponer la inmediata detención de los vehículos que circulen en infracción a lo dispuesto en el presente decreto» y proceder «a su retención preventiva por el tiempo que resulte necesario, a fin de evitar el desplazamiento de los mismos, para salvaguarda de la salud pública y para evitar la propagación del virus».

En ese contexto, asesinaron a Franco Isorni. Franco tenía 23 años cuando un 25 de agosto le dispararon en la cabeza y tiraron su cuerpo simulando un accidente de tránsito. Según la versión policial, la moto en la que viajaba el joven perdió el control y tuvo un choque fatal contra un guardarraíl.

Desde ahí, todo comenzó a ser inconsistente.  En diálogo con El Numeral, Patricia Isorni, la mamá de Franco, nos contó lo que vivió, sufrió y descubrió al pasar los días. El cansancio, la tristeza y el agotamiento de sentir que nada se mueve a tu favor.

“Mi hijo era como yo, no soportaba usar zapatillas sin medias. Las zapatillas no eran suyas. Vi lesiones en su rostro muy puntuales, que, al igual que un corte en su cuello, no parecían haber sido ocasionadas por un impacto contra el guardarraíl”, contó sobre el momento en el que tuvo que reconocer el cuerpo de su hijo.

Patricia había trabajado como personal civil en la Policía de Santiago del Estero: durante nueve años lideró el sector de Sistemas en la División de Antecedentes Personales. Confiaba en la versión de la Comisaria 45, hasta que empezó a notar que nada parecía coincidir.

“Los homicidios en pandemia son homicidios espejos y los encubrimientos también”

“Los homicidios en pandemia son homicidios espejos y los encubrimientos también”, advierte Patricia. Y recuerda a Clara Bravo, una amiga de Franco que fue asesinada en una supuesta persecución como Franco. También recordó a Florencia, un crimen en San Luis donde la policía quiso hacer pasar por suicidio.

“¿Cómo puede ser? A Clara le falta el útero, a Franco el corazón y a Florencia todo lo que demostraría que ha sido un homicidio”, señaló. Y advirtió que todo lo que sacó de las víctimas fue después de muertos.

A Franco le hicieron una autopsia “en pleno cementerio, a vera de la fosa. Sin ningún tipo de equipamiento, violando toda la legalidad que hay en cuanto a una autopsia. Y más cuando está implicado el Estado”.

(La Izquierda Diario)

P: ¿Cómo llegaste a la conclusión de que había sido un homicidio?

R: Soy Analista de Sistemas. Me dedico específicamente a hacer análisis para después hacer una programación especifica si es que la solución es un sistema informático. En otros casos no, entonces analizo comportamiento. He analizado la forma en la que se ha comportado el fiscal, la policía, los testimonios… Decía que estaba lleno de sangre y no había nada de sangre.

En primer lugar trataron de venderme que hubo una persecución, seguido de un accidente de tránsito donde él había perdido la vida. ¿Sabes cuántos accidentes de tránsito obtienen justicia? Ninguno. Menos si se trata la policía. Les creí. Pero habían muchas cosas que no tenían sentido. Su cuerpo tenía marcas de golpes y quemaduras, pero ninguna de las heridas fatales eran de un accidente vial.

P: ¿Qué pasó con las cámaras del lugar?

R: Estaban adulteradas. Hay 15 minutos y 18 segundos de adulteración de imágenes. Hay un salto en la escena. Y dentro de la misma extracción, hay cuatro secuencias fílmicas que se repiten. Esas extracciones ocurrieron el 27 de agosto a las 14.20, unas horas después de la muerte de mi hijo.

Según ellos, él choca contra la baranda, vuela casi 15 metros en el aire, cae, se degüella con el guardarraíl, pega en el piso y vuela y 16 metros mas. Teniendo una 110 fundida… No tiene sentido. Me estaban mintiendo en la cara.

Del punto ciego a profanar el féretro dos veces

Patricia cuenta que “el cuerpo fue colocado en un punto ciego, donde no llegan las cámaras”. Tiran las zapatillas, lo cortan en el piso, le niegan el reconocimiento del cuerpo y la fiscal Erika Leguizamón se niega a realizar una autopsia bien hecha, lo que obligó a Patricia a presenciar una «inspección ocular». Sin embargo, la madre de Franco afirma que los saltos de cámaras y la ubicación del cuerpo fueron detalles pensados para construir un accidente de tránsito. “Franco murió 25 de agosto a las 23.15 y el cuerpo apareció a la 1 de la mañana del 26”, detalló.

Además, advierte que “a Franco lo han matado porque se negó a participar en la venta de drogas. Ellos se hicieron un autorrobo de droga” y afirmó contar con pruebas de la connivencia política de la policía con Gonzalo Padilla, un reconocido narcotraficante en la provincia. Esa relación se hace porque Gustavo Pérez, tío de Padilla y alto mando de la División de Investigación 6, estuvo presente la noche en la que fue asesinado su hijo. Junto a otros tres policías, “son parte de una asociación ilícita y son quienes han matado a Franco. Porque no quiso participar del autorrobo”, afirmó.

“Llevaron el cuerpo a la morgue de La Banda, que es una localidad aledaña, pero nosotros estamos en capital, ¿por qué llevaron lo llevaron ahí?” se pregunta.

Patricia estuvo en todo el procedimiento, acompañó cada paso y se encontró con un cuerpo profanado. “Reconocí a mi hijo tres veces. Enterré a mi hijo tres veces. Estuve en todo el procedimiento hasta que entró en cámara de frío. Allá en Buenos Aires reciben un cuerpo que no tiene corazón. Han profanado el cuerpo dos veces en un cementerio privado. ¿Hasta dónde llega el encubrimiento? Es abusivo”, dijo. Y agregó: “tuve que reconocer el cuerpo tres veces. Pasé de ser la madre de la víctima a ser la víctima”.

Denuncias de una mala investigación

P: Si bien el caso es acá en la provincia, la provincia pide la intervención de un juzgado federal, que ordena una autopsia. Entonces, si se hace una autopsia en Buenos Aires, ¿Por qué no se llamó a un médico legal? Y de 23 peritos, tres firman. 

A las cinco de la tarde, a horas de cumplirse un año del asesinato, ellos filtran el informe que firmaron los peritos en todos los medios de comunicación. Los mismos medios que pertenecen al dueño del cementerio donde está enterrado Franco. Ahí dije, ¿Por qué no llamaron a la familia y llamaron a los medios? Y me advirtieron que «no hay informe». Cuando hago la denuncia, lo hacen aparecer oficial. No tengo justicia aquí.

“Vos no podes ir contra Santiago del Estero, nunca”

Amenazas y violencia por pedir justicia

Además de todo lo que debió vivir con Franco, Patricia detalló una serie de amenazas y hechos que debió vivir con su familia. “Teníamos dos móviles al frente y cinco motoqueros acelerando en la puerta de casa. Me han perseguido, me han querido secuestrar. Amenazaron a mis hijos, a mi hermana”, señaló y explicó que hicieron la denuncia pública por miedo.

“Yo voy a seguir pidiendo justicia por Franco. Y acá estamos, como familia. Si no fuera por mi familia, mis hermanos que me han sostenido, no hubiera podido hacer todo lo que hicimos”, dijo.

El Comité de Lucha Contra la Injusticia y la Impunidad de Santiago del Estero

R: El Comité empezó a funcionar después de hacer la denuncia de la muerte de Franco. Empezamos con una marcha, después otra. Venía gente, otras mamás que se sumaron a pedir justicia. Cuando pasamos a ser 10, pensamos en armar un colectivo. Acá te pegan, te hacen lo que quieran, y era una forma de defenderse.

Decidimos que el Comité nos de un resguardo. Ahí fuimos todas las madres y organizadas hicimos una denuncia en el Congreso. Nosotras pedimos que tomen los casos en Santiago del Estero y que investiguen, que usen herramientas a un grupo de personas que necesitaban justicia. Acá te matan los hijos de poder o el narcotráfico.

Por primera vez en la historia hay una acusación de un grupo de ciudadanos de Santiago del Estero en el Congreso de la Nación. Y sin embargo, nunca tuvimos respuestas. Nadie va contra Santiago del Estero… Nosotros hicimos algo histórico y no lo vas a leer en ningún lado.

P: ¿Por qué no investigan?

R: ¿Por qué no han hecho lo que era correcto? Los policías dijeron que vieron volar un cuerpo, que fue degollado en el piso. ¿Por qué no van presos? ¿Por qué no van presos los falsos testigos? ¿Quién ha participado de la alteración de las cámaras? ¿Por qué llevaron el cuerpo a la Comisaría?

 

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