Ayer, por Marcela Prat

Les compartimos un hermoso relato de la emocionante Plaza de ayer que se mando la querida Marcela Prat. Si no pudiste ir, leelo; Si fuiste parte de esa plaza, leelo. Leerlo es transportarse a la Plaza, estar ahí, y una vez más perderse en ese abrazo descomunal.

Ya iba en el subte, temprano, dejando se vea mi remera de HIJOS. Observando las caras y miradas, como siempre. Indiferencia. Nada,
Llego a la Plaza. Voy detrás del escenario buscando a Camilo para preguntarle en que era útil.
Todos corriendo de un lado para el otro pero con esas sonrisas de guazones bien heridos que dan y solo dan el amor.
Llega Horacio, grandotisimo como siempre, y me manda: veni, vos conoces a todos; quedate acá: CUIDA A LAS VIEJAS.
Cuida a las VIEJAS.
YO. A Ellas.
Cuidarlas era estar en la pequeñisima carpa donde iban a instalarse a medida que iban llegando y donde tomaban un te o café calentito. Los compañeros/as que estaban a cargo de la carpa eran de ATE. Unas divinuras, pero todos tan chiquitos que los sobrepasaban.
– Vos «que sabes», ayúdanos porque no sabemos ya que hacer.
Y ahí la Cuidadora de Viejas, se puso a ordenar la cosa.
Primer escena:
Estela sentada en el fondo de la carpa dando una entrevista a no se que canal; a su lado Luis Farinello.

Marcela y Farinello

Me acerco a Luis a quien no veía hace aaaaaaaños. A ese Luis que tuvo un ACV, a ese Luis muy enfermo.
Lo saludo y con sus manos de padre bueno, me acaricia la cara; me mira fuertemente a los ojos; su mirada penetra los mios.
– Sos tan buena, tan noble. me dice
– Luis, te acordas de mi? Vos me casaste, igual de ese me separe, capaz que no te esforzaste mucho en la bendición, le digo a modo de broma.
– Claro que me acuerdo – MARCELA – fue en …….y cuenta y relata exactamente donde fue.
Me quede dura de una pieza. Me emocione. Le tome las manos y se las bese. Le dije solo un gracias.
Ahi me abraza no se cuanto tiempo; yo en cuclillas; pareció eterno. Y se puso a llorar como un niño. Mi cabeza miraba para el lado de Estela;
A ella, que no entendía lo que pasaba, también se le llenan los ojos de lagrimas.
Lo acaricia, lo abraza.
Luis hace lo mismo y en ese instante había un cura, un padre santo abrazado a una madre y a esta hija, mas que nunca hija, llorando emocionado, vaya uno a saber por cuantas tristezas guardadas.
Luego le pide a una de las chicas que nos saque fotos. Después se las muestro. Pero me abrazaba con tanta pero tanta fuerza, que mis anteojos estaban torcidos, mi cara medio retorcida. No era la foto posada. Eran fotos de abrazos y te quieros.
Imposible no transformarme después de sentir tanto.
Segunda escena: L@s compañer@s de ATE iban y venían atendiendo a las Madres y Abuelas con un amor sublime. Era la primera vez que las tenia tan ahi. La carpa, diminuta, se empieza a llenar de compañer@s que querían saludarlas. Pero ellas ya estaban cansadas de tanto hablar.
Estela estaba con un hilito de voz.
Afuera los medios de prensa que querían notas personales. Le cuento a Estela: mira, hay medios que quieren hablar con vos. Los tengo a todos haciendo fila, que queres hacer?

– Termino de tomar este te y deciles que los atiendo.
Junto a todos los compañer@s de ATE y organizamos.
– La carpa es pequeña; las madres no pueden respirar, hagan un cordón en forma de U y no entra nadie mas.

Los compañer@s hacen esa U y todos se me van para atrás, aaaaaatras, como la empleada publica.

Un poco de calma, para ellas.
Tercera escena: La prensa insiste. Nuevamente.
– Estela, que queres hacer?
– No puedo hablar con todos, cuantos son?
– Muchísimos.
– Bueno, ordenalos y salgo y hablo con todos.

Hablo con los comañer@s y ordenan todo a la perfección.
Sale Estela y los atiende a todos juntos.
Cuarta escena: Llega La Taty. Ooooootro quilombo. A esta altura ya no había sillas para las madres, las sillas de ruedas ocupaban bastante, sin embargo, le buscábamos la vuelta.

– Taty, quieren verte, saludarte (afuera de esa especie de corral en U improvisado, estaban todos los que se les ocurran porque querían entrar a saludar)
– Déjame estirar las patas y ordenarme un poco porque no doy mas. (todo dicho con un sonrisa que le traspasaba la cara, porque así son ellas; a veces están cansadas ; vistessss)
Otra vez la carpa llena de compañeros y no se podía ni caminar.
Victor Hugo paradito fuera de corralito improvisado transmitiendo en directo y diciendo: y ahora vamos a entrar a hablar con ellas y mi cara de Ohhhhhhhhh !!!!
Le hago señas de que espere un minuto así sacábamos a todos los saludadores y podía entrar con cámara productores y todo eso.
Despejamos la carpa. Toooooodo el mundo afuera.
Le dan aire a VHM y entra. Habla con cada una de las madres. No con Estela y Taty, con todas, cada una de ellas.
Estremecedor.
Quinta escena: Ya comienza el acto. Llega Natalia y me manda: Vamos a hacer subir ahora a todos los invitados (artistas, músicos, políticos….etc) Una vez que estén ubicados suben las madres.
Ok. le digo. Pero……..el camino desde la carpa hasta la rampa para subri al escenario otro quilombo.
Ahi nomas viene el Pato y me dice lo mismo: negra esto es un quilombo !!! si, le contesto, pero esta buenísimo !!! y nos abrazamos.
Va a buscar mas compañer@s para armar un cordón y que las madres y abuelas puedan caminar tranquilas.
Jamas de los jamases para evitar el contacto con los compañeros.
Solo que todas están con bastones o trípodes y el amor por ellas es tan inmenso que una caricia las hace caer de culo.
En los costados del cordón, estaban los acompañantes de algunas madres/abuelas que a medida que las ayudábamos a salir de la carpa se hacían cargo y las acompañaban hasta el escenario.
La cosa venia saliendo bien.
Sexta escena: La mas inmensa y desgarradora. Le pregunto a Estela con quien subía o la acompañaba y me dice: llamado a Guido, quiero subir con el. Taty creo que subió con Fabiana.
Una a una las íbamos levantando de sus sillas y las llevábamos hasta donde estaban sus familiares que las acompañaban al escenario.
Llega Horacito y empieza a explicar como subir la rampa con las sillas de ruedas. Mortal. Finalmente termina haciéndolo el.
De repente me acerco a una madre y le pregunto, ingenua yo:
– Con quien vas hasta el escenario?
– Con nadie. Estoy SOLA.
– GLUP. Nudo en la garganta.
Y la de al lado y la siguiente se acercan y me dicen lo mismo.
– Nosotras tampoco tenemos a nadie que nos acompañe.
Me metí los pensamientos en el ojete.
– Las llevo yo.
Llamo a una de las compañeras de ATE que estaba haciendo el cordón. No tendría mas de 18 años. Le digo: me haces un favor? Me ayudas a acompañar a una madre al escenario?
Se queda petrificada.
– Yo? – me dice,
– Si, vos.
Se pone a llorar y me abraza. La abrazo fuerte y para no llorar le digo, dale que es ya.
Agarra a SU MADRE y camina del brazo con ella hasta subirla al escenario.
Yo voy detrás con las otras dos; en el medio cada una de mi brazo con su trípode en la otra mano.
Los compañeros a su paso aplauden.
Ellas hacen chistes.
– Nena, vos ves bien? mira que si te caes nos quebramos las caderas? y nos reímos las tres.
Llegamos al escenario y las dejo sentaditas. Me abrazan, me besan, me agradecen.
EEEEELLAS !!!!
Y me dicen: no te olvides de llevarnos después.
Después me puse a repartirles pañuelos y carteles a los que estaban en el escenario y no tenían. Todos con unas caras de tanta pero tanta felicidad que es dificil describir.
El resto. Lo que vieron por la tele o desde la plaza.
Había preparado el celu en modo cámara para tenerlo listo y sacar millones de fotos.
No pude. Creo que es la primera vez que no lo hice.
En el momento de los pañuelos en alto, creí que me desmayaba; estaba aturdida pero de ese aturdimiento de no puede ser que viva para ver esto.
Verlo desde el escenario fue ver un pedazo de esa historia que nos recorre.
Ahi estaban todos mis compañeros, aunque no los individualizara.
Y absolutamente todos lloramos. Pero lloramos en serio.

Despumes volver a llevar a las madres a la carpa. Otra vez del bracete con las DOS MIAS.
Llegamos a la carpa y estaban organizando subirlas a la combie. Sigo con MIS DOS MADRES y las llevo.
Empiezan a hablar entre ellas, yo en el medio.
– Porota, vos viniste en taxi. La combi cuando vinimos estaba llena. No se si habrá lugar.
Me meto yo.
– Porota, vos te subis te sentas y te hacer la dormida, y que te bajen !!!!
JAJAJAJAJAJAJAJAJA; Nena, que sos loca eh !!!

Siempre digo que he tenido la suerte o la bendición o vaya a saber que, de vivir hechos trascendentes de la historia de nuestra Patria, desde un lugar distinto. Mucho mas de lo que jamas hubiera soñado cuando iba a la escuela de monjas y mi destino de abandono de mis padres, dictaban que mi vida tendria un futuro de miserias.

El resto es cotillón:
Termina todo y detrás de una de las vallas estaba Gerardo Rozin. Me pregunta si lo había visto a Jairo. Le digo que en el escenario no estaba. Me cuenta, claro, porque el hijo me esta llamando diciendo que los espere aqui porque no pueden llegar de tanta gente que hay. Le digo a modo de chiste: entonces mañana seguro no vas al programa. Que hagan un cartel que diga: Gerardo no vino porque sigue esperando a Jairo. Y se caga de risa.
Otro con cara de feliz cumpleaños era Luis Bremer. Saludaba a todos. Los abrazaba y seguro que no conocía a nadie, como a mi. Sabia que trabajaba en un programa en Canal 13 pero no estaba segura si era en el de Mariana Fabbiani. Le pregunto y me dice: si, sigo ahi, y soy el grano…..y me encanta.

Todo había terminado.
Subo al escenario y los compañeros siguen alli, firmes. Nadie se iba y en el escenario no pasaba nada de nada. Me quedo mirando y mirando y pensando en cada historia. Se acerca Giselle de HIJOS por detrás y me abraza.
– Mira esto. No se quiere ir nadie, le digo. La necesidad de estar juntos es demasiado inmensa.
– Si negra.
Y de pronto vemos que comienzan a encender velas.
Y el abajo ya oscuro, se ilumina.

La historia ha sido generosa conmigo.

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