Desde el 16 de enero del 2016, Milagro Sala se encuentra detenida en el penal de mujeres de Alto Comedero a las afueras de San Salvador de Jujuy, luego que la policía de Gerardo Morales irrumpiera en su vivienda y se la llevaran.
Fueron varios organismos internacionales que reclamaron por la libertad de la líder de la organización Tupac Amaru. Mientras que el presidente Mauricio Macri alegó que por respeto a la división de poderes no puede influir en la justicia de Jujuy.
El Grupo de Trabajo sobre detenciones arbitrarias de Naciones Unidas, el primer ministro de Canadá, el papa Francisco, entre otros, cuestionaron la detención de la dirigente y reclamaron tanto a la justicia argentina como al Poder Ejecutivo la inmediata liberación, determinando que la misma es arbitraria e ilegal.
La Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) informó que en junio visitará el penal de Alto Comedero frente a la medida cautelar a favor de Milagro.
Mientras tanto, Milagro Sala sigue siendo una presa política del gobierno de Cambiemos. Por negra, por india, por luchadora, por mujer.
Sigue llamando la atención que diferentes dirigentes políticos y periodistas continúen defendiendo la detención de la líder jujeña con el argumento de la perversión de los planes sociales.
La dirigente fue condenada sin juicio previo por el gobernador de Jujuy en complicidad con los medios locales y nacionales y con el gobierno nacional.
Es la primera, pero no va a ser la última frente a un Estado ausente que reprime y es intolerante con la oposición.
Desde nuestro lugar tenemos el compromiso de seguir visibilizando la situación de Milagro Sala como presa política y a continuar presionando por su derecho a la libertad.
A días de la nueva marcha por #NiUnaMenos, su nombre, su foto y el pedido de libertad marchará junto a miles de mujeres que buscan una justicia que represente al pueblo.
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