#ElNumeral visitó la cooperativa Cooptem de Villa Domínico y nos contaron como palean la crisis económica: tarifazo, clientes que cierran, apertura de importaciones y sueños que parecen alejarse.
En estos días, de crisis económica, de tarifazo, de persianas bajas y de carteles de liquidación por cierre las historias de la gente real, gente de carne y hueso abundan, pero son silenciadas. Hay gente capaz de bajarse el sueldo para que su compañero conserve el puesto laboral, para que su par no pierda el trabajo. Entre esas historias de Avellaneda, se encuentra la historia de Cooptem. Nos recibieron Ramón, síndico de la cooperativa, y Carlos, tesorero de la misma. Recorrimos su lugar de trabajo y nos pusimos a conversar sobre cómo van las cosas hoy en día.
¿Cómo nace Cooptem?
Ramón: La cooperativa se conformó en el año 2001, a partir de la crisis que atravesaba el país en esos años. Antes la empresa se llamaba Templaria, la patronal abandonó a la gente y la dejó a la deriva, pusieron una consultora, pero no dio resultados. A raíz de eso, los trabajadores agarraron el guante y se hicieron cargo de todo. En ese momento se arrancó de cero, al no pagar los servicios nos los cortaban, los compañeros comenzaron a hacer changas afuera pero siempre haciendo el aguante acá en la cooperativa. Hoy en día somos 23 personas, son 13 socios y 10 aspirantes a socio. Hay familiares y amigos de los socios fundadores.
¿A qué se dedica la cooperativa?
Ramón: Cooptem se dedica a la industria del vidrio: trabajos con la industria automotriz, vidrio para cocina, muebles, arenado, satinado, para iluminación, línea blanca. Pero hoy en día el trabajo está flojo, a partir de la crisis del 2015 tuvimos que rebajar el retiro que hacíamos en un 25%. En la cooperativa no hay despidos, se cuida el puesto de trabajo, y no perdemos la esperanza de que todo arranque nuevamente.
Para que quede claro, cuando hablan de acotar su retiro en un 25%, ¿Están hablando de una baja de su sueldo para subsistir?
Ramón: Claro, para adecuarnos a las tarifas, al costo de mantenimiento, etc. Se incrementó el costo de la materia prima. Todos estos aumentos hicieron que los que nos ajustamos fuimos nosotros. Acá no peleamos paritarias, peleamos por mantener el puesto de trabajo.
«En la cooperativa no hay despidos, se cuida el puesto de trabajo, y no perdemos la esperanza de que todo arranque nuevamente.»
¿A que pensás que se debe esta crisis que atraviesa el país?
Ramón: La razón es que este gobierno no fomenta la industria nacional, abre las importaciones y eso nos perjudica. Por esta apertura hay problemas en el sector de iluminación, en el sector que trabaja línea blanca. Eso a nosotros nos repercute en forma directa. Están entrando cocinas de afuera, lámparas led de China. No se apuesta a la industria nacional.
¿Cómo era la situación en la última década?
Ramón: Los socios pudimos comprar el edificio en el año 2005. Se negoció con el dueño anterior para hacernos del inmueble. Esto venía de la mano con una recuperación de la economía. Las cosas se estaban encaminando nuevamente en esa época, se podía soñar. Soñabamos con comprar un horno nuevo pero en este momento no podemos, estamos un poquito endeudados.
Carlos: En ese momento del país había un mercado interno en el que te podías apoyar. La clientela estaba disponible y contenta de trabajar con nosotros.
Ramón: Y yo lo que valoro de ese tiempo, es que todos pudimos crecer en lo personal. Cada uno de nosotros soñaba con tener un autito, con tener nuestras cosas, y se podían concretar esos sueños. Pese a que había muchas personas que se quejaban, es que uno tiene una cosa y después quiere otra cosa. Es bueno ser ambicioso pero sanamente y en mi caso todo lo que pude comprar en esa década hoy no lo puedo mantener. Antes me consideraba clase media, pero si me preguntas hoy en día siento que baje, que volví a ser clase baja.
¿Con el gobierno de Cristina Kirchner pudieron comprar equipamiento?
Ramón: Si, pudimos comprar una lavadora, que son importadas, también incorporamos maquinaria. Hoy en día es casi imposible hacer eso, con el gobierno de Cristina pudimos comprar materia prima directamente, no tercerizada. Además, pudimos comprar directo al fabricante, que eso para nosotros fue un paso muy grande, ya que con esos abaratábamos costos aunque a veces se complica porque las multinacionales no te fían, y nosotros vendemos nuestros productos a 30 ó 60 días porque de otra manera no se puede. Hoy en día está muy duro el hacer las cobranzas pero con la situación del país tampoco se puede andar corriendo gente para que paguen.
«lo que valoro del gobierno anterior, es que todos pudimos crecer en lo personal. Cada uno de nosotros soñaba con tener un autito, con tener nuestras cosas, y se pudieron concretar esos sueños.»
¿Cómo los afectó el tarifazo en servicios públicos?
Ramón: Nos afectó mucho, hubo que trasladar ese costo al cliente y eso genera una cadena. Por ejemplo una boleta de EDESUR, en el período anterior, nosotros pagábamos más o menos $15000 y esta última boleta vino de $82000. Esta es nuestra tarifa más alta, dado que la energía eléctrica es lo que más utilizamos, ya que el horno es eléctrico y toda la maquinaria también y, a su vez, sufrimos aumentos en los insumos.
A través del Municipio de Avellaneda se presentó
Carlos: El tema tarifario ha sido uno de los puntos difíciles, pasar de pagar $15000 de luz a $82000 no es fácil. A esto le sumamos que se nos genera deuda fiscal pero siempre tuvimos la decisión de mantener los puestos de trabajo. Tengamos en cuenta que el sector privado, sino pudiera afrontar una boleta, despediría a tanta cantidad de empleados y con eso lo paga. Acá no hacemos eso.
«el tarifazo Nos afectó mucho. una boleta de Edesur, en el período anterior, nosotros pagábamos más o menos $15000 y esta última boleta vino de $82000.»
Me imagino que siendo 23 trabajadores, hay una relación estrecha entre ustedes. ¿Cómo ven la situación personal de los muchachos que trabajan en Cooptem?
Ramón: Y…mal. Nosotros tenemos asambleas todos los martes y siempre se discute como podemos hacer para llevar un poquito más de dinero a nuestras casas pero en este momento es imposible. Al no tener mucho trabajo y encima teniendo deudas esta complicado.
¿Cómo es la situación de sus clientes?
Ramón: Los clientes a no tener trabajo ellos, tampoco te compran a vos. Siempre estamos en contacto con ellos pero te dicen “no te pido porque no tengo laburo”. La industria automotriz te hace pedidos pero es difícil cobrarles, siempre encuentran alguna vuelta para demorar el pago. Uno tampoco se puede retobar porque no te podes dar el lujo de perder al cliente, tenemos clientes grandes y de algunos somos su único proveedor de vidrio.
Carlos: Hoy cuesta mucho conseguir nuevos clientes. Tanto el presidente de la cooperativa como el secretario han salido a buscar nuevas oportunidades y clientes nuevos. Pero es difícil, también hay que estar en contacto con nuestros clientes para s
«Nosotros trabajamos con la industria de la cocina, muchas de ellas radicadas en Córdoba. Y es un sector que hoy en día está muy golpeado. Pareciera como que nadie renovó la línea en su hogar.»
¿Están en contacto con otras cooperativas? Para saber su situación o establecer medidas de lucha.
Ramón: Sí, el otro día estuvimos en La Plata. Porque nosotros estamos asociados a FECOOTRA (Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina). A través de ellos tenemos un poco de panorama de la situación en la provincia de Buenos Aires y a nivel nacional. En esos encuentros participan cooperativas de todo el país y todos manejamos las mismas necesidades y problemas: caída en las ventas, tarifas altas, poco acceso a crédito, todo eso que hace a esta situación complicada. Incluso debatimos temas como la futura reforma laboral que se viene en nuestro país, similar a la de Brasil, donde el trabajador perderá derechos y perjudicara a la industria. Lo malo para el trabajador se copia rápido, pero lo bueno no se copia nunca, nosotros somos trabajadores y queremos trabajar.