El encuentro que acaparo todas las miradas en la octava fecha de la Superliga Argentina fue, sin dudas, el superclásico entre River y Boca que se disputo en el Monumental el día domingo.
Durante la semana ambos presidentes de los clubes ya habían empezado a calentar la previa, Rodolfo D´Onofrio, presidente de River había declarado: «Nos gustaría estar más cerca en el campeonato. Boca está batiendo récords, ganó todos los partidos, pero no olvidemos que juega una sola competencia». Por su parte, Daniel Angelici respondió con: «El que bate récords es River, que ganó un torneo que nosotros no pensamos ganar nunca», haciendo alusión al torneo obtenido por el millonario cuando gano el Nacional B.
En lo estrictamente deportivo el local venía de perder contra Lanús en las semifinales de la Copa Libertadores, partido por el cual quedó eliminado. En cambio, el Xeneixe se encontraba puntero del campeonato con puntaje perfecto, pero como todos saben los clásicos son partidos aparte.
El marco del partido fue espectacular. Un Monumental colmado por los hinchas locales y con un recibimiento acorde a la magnitud de uno de los clásicos más importantes del mundo. El comienzo del partido fue parejo, ambos conjuntos se estudiaban uno al otro y no arriesgaban demasiado. Era bastante peleado, como suele ser estos partidos, donde abundan las entradas fuertes y carece de buen fútbol. Sin embargo, el partido se rompería a los 38 minutos del encuentro cuando Nacho Fernandez le proporcionó un planchazo al pecho a Edwin Cardona, y se fue expulsado de correcta manera tras recibir la roja de Pitana. De ese tiro libre a pocos metros del área grande defendido por Germán Lux, el colombiano clavo un hermoso gol, mostrando toda su calidad y colocó colocar la pelota en el ángulo superior izquierdo del arquero. Finalizando el primer tiempo con la ventaja para el equipo visitante
El segundo tiempo comenzó con el equipo millonario buscando el empate, aún con la desventaja de tener un jugador menos. En ningún momento Boca supo aprovechar esa ventaja y a los 61 minutos, el arbitro del encuentro Pitana, que hasta ese entonces redondeaba una actuación aceptable, cometió el grosero error de echar a Cardona tras un codazo- que en ningún momento existió- a Enzo Perez, así el partido se encontraba igualado en cantidad de jugadores.
A partir de ese momento el local tuvo el dominio del partido, pero sin generar mayores situaciones de peligro, hasta que en el minuto 69 Leonardo Ponzio, con un zapatazo fuera del área – que nada pudo hacer Agustín Rossi- empató el encuentro, cambiando así los planes para ambos conjuntos. Sin embargo, cinco minutos le duró la alegría al millo, y sobre el minuto 73, después de una excelente jugada colectiva que concluyo en un pase exquisito de Pablo Peréz, el uruguayo Nández capitalizó para poner el 2 a 1.
El encuentro culminó con la victoria del conjunto dirigido por los mellizos Schelotto, con un Boca más puntero que nunca, que le lleva 9 puntos al segundo y que en ocho partidos recibió solo dos goles y convirtió veintiuno. Por el otro lado, el equipo comandado por Gallardo tuvo una semana para el olvido, solo le queda la Copa Argentina para disputar y quedó a doce puntos del líder del torneo.
Dato: de los últimos 50 años(1967-2017) por campeonato local en condición de visitante Boca le ganó 19 veces a River, mientras que el millonario ganó 16. Además no gana en su cancha desde el 2010 y la ventaja de partidos a favor del club de La Boca se estiró a 15 partidos.