Hoy: “Si se visten lindas provocan que les digan cosas”
Esto te lo dicen tus familiares más directos. Te lo dice el 90% de lxs personajes de la televisión, a cada minuto. Lo chismosean en la fila del supermercado. Te lo dicen en cada oficina, en la facultad y en el colegio. Si te vestís linda, estás provocando que te miren o te digan cosas.
Recuerdo hasta haberlo dicho yo misma hace nada más un par de años. Mi razonamiento era que ponerse linda en el fondo siempre era ponerse linda para los demás, porque son los que te ven. Y que entonces si salía linda a la calle los otros también iban a verme linda, y si yo lo hacía conscientemente entonces tenía que bancarme que me miren o me digan cosas. A estos niveles de internalización llega el patriarcado. Siguiendo esta línea, entonces yo tenía dos opciones: vestirme con ropa que no me gustaba, sentirme fea, tratar de que mi cuerpo no se note, o ponerme lo que me gusta, verme bien, y bancármela si cuando salía a la calle los tipos me decían cualquier cosa. Lo peor de todo es haber asimilado esto como algo que “es así” y que era la correcta forma de actuar.
Cuando llegás al feminismo que todo libera y te das cuenta de que todo esto era pura mierda machista, empezás a entender y te preguntás: ¿Es que nosotras tenemos que cambiar nuestra forma de vestirnos o es que los hombres tienen que dejar de acosarnos? Planteada así, la pregunta parece muy estúpida. Es muy obvia la respuesta. Todas las mujeres deberíamos poder ponernos lo que se nos canten los ovarios cada día de nuestras vidas, en la situación que sea, y no temer un acoso callejero, o, peor, sentirnos mal con nosotras mismas por estar provocándolo. Un altísimo porcentaje de personas entiende hoy por hoy que las culpables somos nosotras y no quienes nos acosan. ¿Será que estamos hablando de animales bestiales que no pueden reprimir sus irrefrenables impulsos sexuales y deseo intuitivo de procreación? ¡Pobres! Ellos no pueden reprimirse, hacen lo que pueden… Y nosotras malvadas nos paseamos en short por la calle. ¿Y por qué ese deseo es exclusivamente de ellos? ¿Nosotras no tenemos deseos sexuales? ¿Cómo hacemos las mujeres para no andar por las calles tirándonos encima de los tipos o manifestándoles que queremos tener sexo con ellos? Claro, por el patriarcado. Ellos lo hacen no porque sean animales bestiales, sino porque nuestra sociedad es machista y ejercen su poder sobre nosotras. Cualquier hombre desconocido en la calle si quiere nos mira fijo. Si quiere nos dice que nos quiere coger. Si quiere nos insulta, si quiere nos toca, si quiere nos viola, y si quiere nos mata.
Hace poco escuché a Sofía Gala hablar de algo así como “desacralizar el cuerpo”. Me quedé pensando mucho en ese concepto. Pensé en esto de que el cuerpo de la mujer no debe mostrarse, y sobre todo en la hipocresía que conlleva una premisa que es en definitiva tan servil al machismo. Todo lo que pasa en torno al cuerpo de la mujer está al servicio del patriarcado: si una mujer no famosa lo muestra en público está mal, y merece que la acosen; si una mujer, famosa o no famosa, lo muestra y no se ajusta a los parámetros de belleza que propone el mercado patriarcal, está mal, y es tildada de fea, grosera o sin moral; si una mujer famosa lo muestra y se ajusta a los parámetros del mercado patriarcal, es ovacionada, premiada por los medios y adquiere toda la aprobación popular. Toda esta locura alrededor de algo tan natural como un cuerpo. Es solamente un cuerpo, hay que desacralizarlo. Bajarlo del altar del mercado. Todas las mujeres tenemos un cuerpo, el que nos tocó, no es ni lindo ni feo, es nuestro cuerpo, como el de los hombres, solo eso, no es ni mercancía, ni herejía, ni objeto.
Recuerdo un sketch del Videomatch de hace unos años en el que José María Listorti engañaba a alguna mujer famosa haciéndole creer que iba a grabar el piloto de un nuevo programa, y en el medio de la grabación se le aparecía totalmente desnudo, mostrándole abiertamente el pene, que para los televidentes estaba solo pixelado. Hablar de la situación de acoso sexual extremo a la que sometían a la mujer en ese momento y del terrible agravante de que eso era televisado a millones de personas como algo gracioso, requeriría de una columna aparte. Pero está también el hecho de que él mostraba su cuerpo absolutamente normal frente a cámara, frente a millones de personas, y eso era gracioso, festejado, natural… ¿Se imaginan un sketch de TV en el que una mujer con un cuerpo real agarre engañado a un hombre y ante millones de personas le refriegue su vagina riéndose para ponerlo incómodo y humillarlo?
Resulta demasiado grave que se siga poniendo a las mujeres como culpables de los acosos. Quien siga diciendo que no tenemos que vestirnos lindas para que no nos digan cosas que sepa que está justificando que nos violen y nos maten. No nos dicen cosas en la calle por cómo nos vestimos, nos dicen cosas en la calle porque pueden hacerlo. Pueden hacerlo porque vivimos en una sociedad machista. Las mujeres somos las víctimas, los chistosos de las calles son los culpables machistas. No debe haber otra forma de verlo. Y nos ponemos lo que queremos, cuando queremos y donde queremos, no nos da vergüenza nuestro cuerpo, es solo un cuerpo, el que tenemos y el que queremos.