Luego de diez horas de sesión, el Tribunal Federal Regional de Porto Alegre, confirmó la condena al ex presidente Lula Da Silva y aumentó su pena de nueve a doce años. Durante la asamblea, los tres camaristas votaron a favor de la condena y explicaron los motivos.
El primero de ellos fue João Pedro Gerban Neto, quién luego de leer 450 páginas, confirmó la sentencia y solicitó aumentar la pena. En segundo lugar fue el turno de Leandro Paulsen, que acompaño el pedido del primer relator y solicito la detención de Lula tan pronto sea examinado el recurso que podrá presentar a la corte. Por último fue Víctor Laus, quién acompaño la condena y el pedido de los dos anteriores.
El argumento de los tres camaristas fue “la convicción nacida del conjunto de indicios” presentados, es decir, las declaraciones de dos altos ejecutivos de la constructora OAS que denunciaron al ex presidente sin presentar ninguna prueba.
Luego de conocerse el fallo, se congregó a una gran movilización en las calles de Brasil siendo la de Sao Pablo la más importante, que movilizó aproximadamente a 30 mil personas y contó con la presencia de Lula Da Silva. A su vez, la presidenta del PT, senadora Gleisi Hoffmann, confirmó que hoy mismo una reunión del partido reiterará que se mantiene la candidatura de Lula para las elecciones de octubre.
Aún quedan diversos procesos judiciales a presentarse y hay diferentes opiniones elaboradas por abogados y juristas respecto a la posible detención del ex presidente Lula Da Silva pero la última la palabra la tendrá el juez Moro. Los pasos judiciales a seguir se dirigirán al Tribunal Superior Electoral (TSE), instancia máxima en el tema, al Superior Tribunal de Justicia (STJ) y, en último caso, a la corte máxima, el Supremo Tribunal Federal.
La situación que se vive en Brasil en los últimos años responde a una avanzada de la derecha en Latinoamerica que, a través del aparato judicial, realiza una persecución política a los dirigentes opositores poniendo en riesgo el sistema democrático y cercenando derechos.