#ElNumeral dialogó con Claudia Villamayor acerca de la situación de los medios comunitarios en el gobierno de Mauricio Macri.
Claudia Villamayor es docente de grado y posgrado de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de Quilmes. Actualmente se desempeña como directora de la Tecnicatura Universitaria en Gestión de Medios Comunitarios de la UNQ, pero por sobre todas las cosas es una militante de la comunicación popular comunitaria de nuestro país y de América Latina. Nos recibió en su oficina del Departamento de Sociales de la Universidad de Quilmes para darnos su opinión acerca de la coyuntura de nuestro país.
¿Nos podrías explicar desde tu óptica y experiencia como están los medios comunitarios en esta coyuntura?
Los medios comunitarios, en particular los de servicio de comunicación audiovisual, que son las radios comunitarias, los medios cooperativos, las radios escolares y universitarias no están atravesando un momento favorable en lo absoluto. Estamos ante un gobierno administrador del Estado, que promueve políticas públicas vinculadas a la comunicación que favorecen a la concentración mediática. Esto ocurre desde el minuto cero de la asunción de este gobierno. La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que distribuía la palabra y el derecho a la comunicación favorablemente para el sector público y comunitario, ha sido alterada. Esa alteración le ha modificado diez artículos sustantivos favoreciendo básicamente al Grupo Clarín y a las corporaciones en general. Y si bien no tocaron el articulado de los medios comunitarios, estos están siendo afectados de una manera indirecta que se vuelve directa porque si vos le triplicas el capital al sector privado, le permitís que expandan su multimedios y además le facilitas la telefonía celular, digamos que estos sectores tienen más poder que durante la dictadura misma. La disputa termina siendo entre titanes, el vozarrón se va agrandando y te aplasta, porque las condiciones para un medio comunitario son otras. La ley 26522 lo que hacía era legislar en función de un modelo de sociedad que tenía más que ver con la distribución de la palabra.
¿A este gobierno le importan los medios comunitarios?
Hoy los medios comunitarios no tienen políticas de Estado que los favorezcan en lo absoluto. Esto se da a raíz de la disolución del ente autárquico que era el AFSCA, y la creación del Ente Nacional de Telecomunicaciones. Este organismo lo que hace es cuidar como gendarme esa competencia entre conglomerados económicos. Los medios comunitarios están ahí pero casi como una cosa testimonial, les han demorado los FOMECA (Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual). No son una prioridad para este gobierno, en absoluto y todo esto lo que hace es ahogar los proyectos comunitarios. Lo que pasa es que si lo miras del punto de vista de cómo se arma la relación entre la normativa, el Estado gendarme y la promoción de un gobierno que piensa en favorecer a la corporaciones, con un poder legislativo que los avala tienen la sartén por el mango.
¿Hay forma de hacerle frente a esta situación desde la comunicación?
La comunicación popular siempre ha nacido motivo de una urgencia y de una necesidad, de un grito de excluidos, de la gran fisura que representa la injusticia social. Mientras haya injusticia social la comunicación popular no se va a quedar quieta. Porque es militante, porque es capaz de autogestionarse y porque es capaz de politizarse. Es capaz de tener una beligerancia estratégica organizada, esto lo ha demostrado a lo largo de los años. No nos olvidemos que hasta aquel octubre de 2009 fueron 27 años sin legislar a favor de la democratización de la comunicación. La adversidad no ha sido una dificultad ni podrá matar a la comunicación popular ni a los medios comunitarios. Se han multiplicado en épocas muy negativas, por ejemplo en el año 2001, en medio de la crisis económica, de los saqueos, de sucesivos presidentes en una semana y del horror de la Alianza.
¿Ves alguna similitud en la situación de los 90´s y la de hoy en día?
Hay similitudes en cuanto a que el modelo es el mismo pero tiene otros ribetes. En realidad linkea con una larga historia, hay lazos con el ´55, con 1880, hoy son sectores más vinculados a la especulación financiera, a la estafa del Estado con dinero en el exterior y que son beneficiados por las devaluaciones de nuestra moneda. Estamos en presencia de una bolsa de ladrones que viven a costilla del hambre del pueblo y tienen la cultura de las universidades de la especulación financiera, aliada con el marketing y con gente muy avisada en la semiología comunicativa que permiten entender por donde pasan las identidades culturales de las ciudadanías, y que saben montar buenas estrategias con las corporaciones mediáticas para luego venderle a la gente carne podrida, llamarle verdad a aquello que es mentira. Es un gobierno que pone en duda el Estado de derecho.
¿Cómo explicas que en este contexto que describís los medios comunitarios sigan teniendo el combustible y las ganas para hacerse oír?
En la Argentina hay una larga tradición de querer subvertir el orden de las oligarquías, de subvertir el vozarrón de los mandamases, de los terratenientes. Es un legado cultural que tenemos en nuestro país. También hay herederos y juventudes que entienden la militancia, que encuentran causas nobles y que por suerte tienen una escala de valores que pueden distinguir lo que es un paraíso fiscal de una comunidad organizada, lo que es un monopolio de lo que es una cooperativa. Hay juventudes que no comen vidrio y no son pocos en la Argentina. En los peores momentos el pueblo se organiza, esto no lo invento yo, lo muestra la historia argentina.
¿Cómo ves a los estudiantes de comunicación hoy en día? ¿Con ganas de generar sus medios o de ser funcionales a los grupos concentrados?
A la juventud hay que crearle un espacio para pensar en voz alta, donde le respetes su palabra, le des participación y espacios de reflexión. Toda propuesta formativa que pueda facilitar la toma de la palabra de los estudiantes respecto de los temas que tratas, haciendo que sean investigadores y gestores de sus propias construcciones del saber y no consumidores de lo que los docentes dicen, sino lectores y creadores de sus propias opiniones. De esa manera vas a tener militantes para rato. No tengo ninguna duda de eso.