Frente al debate por la interrupción voluntaria del embarazo, surge una diversidad de respuestas para oponerse a este derecho que ya cuenta con media sanción en Diputados. Si hay algo que no alcanza son las palabras, el amor y un ratito de esperanza para un sinfín de rechazo y abandono.
No alcanzan los buenos actos cuando vivimos en un contexto en el que el desamparo es moneda corriente. No alcanzan las palabras de aliento y un abrazo diario cuando no hay comida en la mesa, ni plata en los bolsillos. No alcanza cuando no hay deseos, cuando no es suficiente, ni necesario. Si el amor bastara, lo haría para tener todo lo necesario para una vida digna, una educación de calidad y un acceso pleno a la salud.
Desde la ignorancia, la moral o el egoísmo, muchos de los debates que se dieron en torno al aborto generaron un sinfín de material que demuestra, otra vez, la utopía adversa de quienes suponen salvar dos vidas, pero que, automáticamente, condenan a la mujer o cuerpo gestante a resolver aquello que no quiere vivir. La condenan a una maternidad forzada, como castigo y obligación.
Desde el basto recorrido en la Cámara de Diputados, a las exposiciones en el Senado, el concepto de sujeto que defienden se ve relegado a una ofrenda, a un regalo o donación. En realidad, no se busca un nacimiento en condiciones dignas, se busca obligar a parir más allá del contexto social, cultural o económico.
No podemos abarcar cada uno de los argumentos que presentaron quienes cuelgan en su cuello el pañuelo celeste, pero podemos nombrar algunos, con nombre y apellido, que desde su lugar de poder dedican horas a la desinformación a través de datos falsos, mensajes de odio y violencia.
Amalia Granata, quien se dice «feminista, pero no de moda», responsabiliza y cuestiona la posibilidad de decidir frente a un embarazo no deseado a partir del estigma y los prejuicios. Frases como «la mujer que muere en un aborto decidió tener sexo por propia voluntad» resuelven que decidir no es opción y que la maternidad, más allá del deseo, es un castigo. También -casi sin comprender el lugar del Estado y la salud pública, los derechos humanos y la libertad individual-, agregó: «Ya que haya una mujer sola en la Argentina que aborte es un fracaso como Estado y como sociedad, es convalidar este fracaso haciéndolo legal. Y claramente es clandestino porque vas a matar una vida»
La dificultad en cada una de sus intervenciones responden directamente a una mirada moral, sin información sobre qué implica un aborto seguro. Niega que la clandestinidad garantiza que una persona con los medios pueda interrumpir su embarazo con contención y apoyo mientras que, quienes carecen de esos recursos, se exponen a riesgos potenciales que pueden culminar con su vida. Quizás, en el fondo, lo difícil es comprender que con una ley -regulación, educación sexual y contención- se pueden reducir tanto las muertes como la práctica del aborto en sí.
A continuación, diez destacados y destacadas que se oponen a la legalización con argumentos que no alcanzan, que sobran, exceden o no son suficientes:
1.“La niña del caso FAL se salvó de seguir siendo abusada gracias a su embarazo. Reflexionemos y no hagamos leyes cómplices del abuso” Úrsula Basset, Doctora en Ciencias Jurídicas de la UCA.
2. «La posibilidad de que el Congreso nacional apruebe una ley que autorice el aborto criminal no admite dudas: los violadores, los narcos y los grandes estafadores, quedan libres. A los únicos que se les va a aplicar la pena de muerte es a los niños o niñas no nacidos.»
«El aborto atenta contra nuestra seguridad demográfica. Y constituye una verdadera desaparición forzada de persona» Oscar Botta, Director de la ONG ProFamilia
3. «¿Usted es consciente de que una niña de 13 años que no puede comprar un litro de cerveza en la esquina con este proyecto va a poder ir sola a pedir un aborto?» Carmen Polledo, diputada Cambiemos.
4. «Yo soy protectora de animales. ¿Qué pasa cuando nuestra perrita se nos queda embarazada? No le llevamos al veterinario a que aborte. Salimos a ver a quién le regalamos los perritos» Estela Regidor, diputada por UCR Corrientes.
5. «No es hacer tremendismo pero puede haber complicaciones después de un aborto legal y voluntario: casos de infertilidad, perforaciones uterinas y hasta un 30 % de mujeres pueden requerir internación.» Edgardo Varela, ginecólogo de Catamarca
6. «Quieren ir contra nuestros hijos. Dejemos nacer a nuestros pibes porque así vamos a construir una patria grande»
«Primero tengamos prevención y después discutimos aborto o no aborto. Hay que discutir entre todos, los verdes, los celestes, los amarillos y los rojos para generar un nuevo proyecto de ley que, sin quitar el delito, contemple atenuantes» Mariano Obarrio, periodista.
7. «Si fuera tan así que hay tantos abortos de mujeres pobres y tantas muertes de mujeres pobres por aborto, no habría tantos niños en las villas. Las mujeres pobres tienen familias múltiples. No sé si es tan así. Yo considero que un aborto es la desaparición de un niño por nacer.»
«Despenalicemos también el robo, que los delincuentes decidan sobre los bienes de nosotros» Eduardo Feinmann, periodista.
8.«No estoy de acuerdo con que una mujer pueda abortar con 9 meses de gestación» Sol Perez.
9. «La prohibición de abortar, como la prohibición de drogarse, es una prohibición cultural, de la que no puede salirse, porque si no se convierte en un método anticonceptivo»
«Las chicas de 12 o 13 años que tienen hijos en general de un tío, de un hermano o del padre, de un patrón o de un hijo de un patrón, a esas mujeres, a esas niñas las van a llevar al hospital y las van a hacer abortar. Y hoy tienen hijos. Con eso lo que van a hacer es impulsar el ‘derecho de pernada»
«Cuando dictamos la ley que sancionaba el abuso, los diputados de Salta decían que no podían votar eso porque el regalo de los que sirven en el campo es la virginidad de su hija al patrón de la estancia» Elisa Carrió, diputada porteña de Cambiemos.
10. «Entiendo el drama que significa, pero hay tantos dramas en la vida que uno no puede solucionar que no me parece que porque exista ese drama, digamos que a uno se le terminó la vida. O sea, podés dar en adopción el bebé y no te pasa nada»
«Hay personas que viven cosas muchísimo más dramáticas y no las pueden solucionar y se las tienen que bancar. No sé, qué sé yo. Para mí la vida es el derecho más importante de todos.» Gabriela Michetti, Vicepresidenta de la Nación.