Este día, pero de 1971, un plantel de mujeres argentinas participó de su primer mundial de fútbol y venció, de forma arrolladora, a la selección inglesa. Lo hizo en aquel escenario donde, algunos años después, Diego marcaría sus goles más memorables en la historia de la selección nacional.
Sin embargo, ni antes ni después, se hablaron de los cuatro goles de Elba Selva, goleadora indiscutible de las pioneras del fútbol femenino. Ni de su compañera, Betty García, quién fue responsable de darle todos los pases que concluyeron en gol. Tampoco se recuerdan otros nombres que fueron parte de esta jornada histórica e inolvidable para sus participantes. Dentro de un ambiente donde la mujer se vio históricamente escalonada por debajo de la disciplina masculina, hay muchos hitos invisiblizados.
La delegación argentina llegó al Mundial de México sin DT, ni financiamiento. Tampoco contaron con acompañamiento médico ni masajista. Tenían un par de botines -cedidos por la organización del certamen- y una sola camiseta para cada una. Frente a esta realidad, con carencias y ausencias, vencieron a las anfitrionas en su primer partido por 3 a 1. Y aunque el campeonato fue de Dinamarca, la historia argentina del fútbol femenino empezó a escribirse de otra forma.
Varias de ellas, y otras tantas, formaron la organización «Las Pioneras del fútbol Femenino Arg» en la que participan más de cuarenta mujeres que jugaron al fútbol entre 1950 y 1990, años en los que aún la AFA no se hacía cargo del fútbol femenino. En 1991 y por disposición de la FIFA, se vio obligado a responsabilizarse de la disciplina. Hoy, 47 años más tarde, buscan que el 21 de agosto sea el «día de las futbolistas» y para ello se presento, en mayo de este año, un proyecto de ley en la Legislatura porteña. Es una iniciativa de la Comisión de Mujer, Infancia y Adolescencia junto a las Pioneras.
El amor por el deporte no basta
En la actualidad, la situación económica de las jugadoras de fútbol argentino, como de la de casi todas las disciplinas femeninas, es paupérrima. Las condiciones, la visibilización y la organización del deporte lejos están del fútbol profesional masculino.
Desde 1991 hasta 2015 había una única competencia llamada «Campeonato de Fútbol Femenino». Actualmente, hay dos divisiones: A y B. La campeona de Primera División, clasifica a la Libertadores y la última, desciende.
Los cambios en el formato de los torneos fueron permanentes: en primera instancia un campeonato único con ocho equipos, luego con equipos invitados. Se incorporaron otros y conformaron el Clausura y Apertura. En 2016 se incorporó la Segunda División y se sumaron tres equipos. En la actualidad, son 14 equipos que juegan catorce partidos de ida y vuelta, con fase clasificatoria a la Copa de Oro. Los primeros dos clasifican a la Semifinal, del tercero al séptimo a cuartos y el resto, excepto el último, clasifican a la Copa del Plata. El que quede posicionado en el último puesto, desciende a la Segunda División.
La transmisión actualmente está en manos de Crónica Televisión, quien tiene los derechos de las dos divisiones. Sin embargo, sólo transmite un partido de cada división, dependiendo la relevancia y el Fixture.
En abril de este año la Selección Argentina disputó la final de la Copa América en Chile y la realidad del fútbol femenino volvió a hacer eco, sólo por un rato. A pesar de que ya pasaron 47 años de aquel partido histórico en el que el plantel no recibió ningún tipo de ayuda económica, la realidad actual no tuvo grandes cambios de aquel entonces. Un ejemplo fue que en lugar de futbolistas, la presentación oficial de las camisetas del seleccionado nacional la hicieron modelos.
Vanesa Santana, jugadora de Selección y del Deportivo Cali, comentó «Acá no se le da la importancia que se merece al fútbol femenino; lo tratan como amateur, esa es la realidad. No contamos con apoyo de AFA, sí de las mujeres que siguen el deporte y de nuestros amigos y familiares.» Además de jugar al fútbol, la mayoría estudia y trabaja. La remuneración es mínima y las mejores pagas son las que participan en equipos grandes. La disparidad es tan profunda como constante y los equipos que disputan la punta son siempre los mismos.
En julio, Estudiantes de la Plata se consagró campeón por primera vez de la Copa del Plata, al vencer a Excursionistas. Sin embargo, AFA no dispuso ningún tipo de trofeo para las campeonas. Frente a la desidia dirigencial, las jugadoras se dispusieron a festejar con un bidón.
El #21DeAgosto es un día para visibilizar las condiciones en las que se desarrolla la disciplina, en búsqueda de mayor igualdad, responsabilizando una vez más a la AFA y la ausencia dirigencial en el mundo del fútbol femenino. El pago de viáticos y sueldo digno -las cifras que se manejan en el fútbol masculino cuentan con varios dígitos más que las mujeres- deben socorren una realidad laboral.