En horas de la madrugada, luego de la violenta represión ocurrida en las afueras del Congreso y tras una sesión maratónica de más de 17 horas, el gobierno logró que la Cámara de Diputados le de media sanción al proyecto de Presupuesto 2019 que prevé un fuerte recorte de las atribuciones del Estado. El Senado tratará el proyecto a mediados de noviembre.
Cambiemos reunió 138 votos a favor (mucho menos que los 177 votos para el Presupuesto 2017, y los 165 del Presupuesto 2018, lo cual muestra un deterioro y ruptura de acuerdo que el oficialismo conservaba con parte de la oposición), y sumó a su interbloque el aval de una porción del interbloque Argentina Federal (Justicialismo), de Evolución (Radicalismo porteño) y algunos monobloques, tal como anticipamos ayer.
La oposición, que manifestó 103 votos negativos del bloque del Frente para la Victoria, Red por Argentina, Frente Renovador, Unidad Justicialista y el Frente de Izquierda, casi frena el inicio de la sesión pero finalmente se juntó un quórum apretado de 129 diputados -gracias a cuatro diputadas y diputados de San Luis, que responden a Adolfo Rodriguez Saa- y se habilitó el debate, mientras afuera comenzaban las primeras corridas y movimientos de las fuerzas de seguridad, que desplegó un disparatado y desproporcionado operativo en clave de cacería, en el cual detenían y violentaban a manifestantes que estaban incluso bastante lejos del Congreso.
Estos sucesos violentos tuvieron su repercusión en el recinto, cuando legisladores del FPV y del flamante bloque de Felipe Sola exigieron al presidente, Emilio Monzó, un cuarto intermedio hasta que cesara la represión policial, lo que derivó en una gresca y un accionar papelonezco del jefe del interbloque Cambiemos, Nicolás Massot, quien amenazo con tomar a golpes de puño a Leopoldo Moreau.
Hacia el final del debate, a la hora de los cierres, mientras Pablo Kosiner (Argentina Federal) justificó el voto afirmativo de la mayoría de su bloque, Graciela Camaño (Frente Renovador) sostuvo “se termina el marketing político de los consultores caros, nunca hubo lluvia de inversiones, el gradualismo pasó sin pena ni gloria, nunca convergieron las variables y formó parte del relato de Macri que intenta centrar el origen de todos los males pasados en el gobierno anterior”.
Agustin Rossi cerró las alocuciones del FPV, remarcando que “el apuro para votar la ley era porque había que llevarle algo al bureau del Fondo que el viernes va a tratar el acuerdo”, y agregó: “es mentira que el único camino que tiene el pueblo argentino es inmolarse en el altar de la deuda y del ajuste”. Mario Negri (Cambiemos) utilizó su tiempo para hablar del kirchnerismo, “de la pesada herencia”, y de Venezuela.
La media sanción del Presupuesto se logró antes del viernes, como esperaba el gobierno, ya que ese día se desarrollará una reunión del directorio del FMI en la que se tratará la renegociación del acuerdo de endeudamiento, con la expectativa de que valide un nuevo desembolso de 7.100 millones de dólares para el Tesoro Nacional. Además, los tiempos dan para que Macri envíe una “señal política” antes de que la cumbre de líderes del G-20, que se desarrollará en Buenos Aires, tenga lugar.