17 años sin Marita Verón

El 3 de abril del 2002 fue la última vez que su madre, Susana Trimarco, la vio con vida. Tenía 23 años y una hija pequeña. Desde entonces, encontrarla motorizó la lucha contra las desapariciones forzadas con fines de explotación sexual.

María de los Ángeles Verón iba camino al ginecólogo. La última vez que la vieron fue cuando salía de su casa, en Tucumán.

Años de desidia, de empuje. Susana Trimarco encabezó la lucha contra los organismos estatales y el desinterés por el caso de su hija. Frente a la inacción de las autoridades, una pesquisa determinó que a Marita la captó una red de tráfico y explotación de mujeres.

Su caso recién se llevó a juicio oral en 2012. Los acusados fueron absueltos porque se encontraron contradicciones entre sí. Finalmente, se llevó el caso a la Corte Suprema de Justicia en diciembre del 2013 donde se revocó el fallo y condenó a los acusados.

La búsqueda se dio sin garantías. La familia Verón invirtió todo su dinero para encontrar a su hija. Cada pista que encontraban, era borrada por quienes debían colaborar y no obstaculizar.

Susana logró rescatar a cientos de adolescentes y mujeres, liberó en su búsqueda a personas que estaban cautivas con fines de explotación sexual. También obligó, a lo largo del camino, visibilizar la problemática y modificar la legislación: el delito de trata es de índole federal.

Toda su lucha, incesante, salvó a muchas. También condenó al proxenetismo, la connivencia política y la participación de organismos del Estado en redes de tráfico de personas.

Hoy, 17 años después de la desaparición de su hija, la recuerda y la espera con la misma fuerza que el primer día.

 

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