Del relevamiento realizado por economistas de Economía UNDAV, donde se seleccionaron tres tipos de vehículo de consumo característico en distintos segmentos socioeconómicos, se desprende que en 2019, el aumento anual promedio en el costo de mantener un auto de gama baja fue de 59,5%; uno de gama media, de 59,1%; mientras que para la gama alta del 58,7%.
La disparada del dólar del año pasado impactó de lleno en los rubros que más pesan a la hora costear el uso de un auto, que hoy puede ocupar más de la mitad de un salario promedio.
El aumento de los costos totales de la canasta se puede desagregar en la suba de sus componentes individuales: el peaje aumentó 64,4% en los últimos doce meses, los gastos de patente se incrementaron un 62%, el seguro subió un 58,9%, el combustible un 58,5%, el estacionamiento un 51,8% y la VTV un 44,7%.
Las subas antes mencionadas, que en promedio superan al aumento del nivel general de precios, son el reflejo de la caída de poder adquisitivo de los salarios.
La cobertura de los salarios promedio respecto de la canasta automotor se redujo 8 puntos porcentuales para la canasta económica; 9,5 puntos para la estándar; y hasta 14 puntos para la más onerosa, en el último año.
Estos números marcan un avance del 72,2% del salario contra un 132% de suba de costo de mantenimiento de vehículo para la gama baja, por lo que este año se necesita un 8% más de salario medio que en 2017 para mantener un vehículo de gama baja.
En este escenario, la industria transita un contexto de merma en su nivel de actividad: los patentamientos disminuyeron un 54% en lo que va del año, las ventas cayeron un 10,9% en 2018 y las ventas a concesionarios ya acumulan 11 meses de rojo consecutivo.
“En este escenario, los más perjudicados son las familias que ya no pueden acceder al auto y los concesionarios de quienes, por menos ventas, caen sus ingresos. Mientras tanto, las grandes automotrices reducen la producción y el uso de la capacidad instalada industrial”, resalta el informe de la UNDAV.
“La mayoría de los incrementos registrados se deben a una serie de decisiones de política económica: la quita de subsidios, la liberalización de la competencia en los mercados como el de combustible o los llamados ‘sinceramientos de precios’, que resultaron en fuertes subas de precios regulados, impactaron de lleno en el costo de sostener la utilización de una unidad vehicular”, agrega el equipo de economistas de Economía UNDAV .