A mediados de octubre del 2014, El Numeral comenzó a dar sus primeros pasos bajo el fuego de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, una de las leyes más discutidas y militadas a lo largo y ancho del país. Muchos y muchas de los que formamos parte nos pusimos la camiseta de la ley porque queríamos más voces y más participación. Queríamos tener un lugar y pusimos todo de nosotros para hacerlo.
Soñamos con un país donde la palabra sea de todos y todas y estábamos siendo parte de una gran transformación en términos de políticas de comunicación. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que para algunos se quedó corta, representaba la lucha de las distintas organizaciones que desde la vuelta a la democracia lucharon por los conocidos 23 puntos por una comunicación democrática.
#ElNumeral es hijo de la ley. Es un medio que surgió de la mano de quienes entendimos que era el momento de pensar otra comunicación más plural, menos exclusiva. Entendimos que era el momento de estar en la calle y, como se dice comúnmente, era el momento de dar la batalla. Mientras los medios hegemónicos ponían trabas judiciales, quienes defendimos la ley con uñas y dientes, entendimos que había que seguir. Pasamos los foros, pasó el Congreso, pasó el famoso 7D y nunca dejamos de remarla.
Teníamos nuestra edición impresa, salimos a repartirla para que llegue cada vez en más lugares. Tiempo después llegó el 10 de diciembre de 2015, la asunción del actual presidente y un decreto de necesidad y urgencia que derogó a pocos días su asunción la ley 26.522.
Desde ese momento la situación se complicó para aquellos medios que portaban una impronta comunitaria y popular. Mientras nos decían que nunca hubo tanta libertad de prensa como hasta entonces, se cerraron radios, y se despidieron trabajadores de medios públicos y privados.
A fines de 2018 se benefició a Papel Prensa con una nueva ley que derogó los artículos que regulaban la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y papel de diarios. Es decir, Papel Prensa ya no tiene la obligación de abastecer el mercado interno.
Nos encontramos con las políticas de ajuste de este gobierno que dejó a miles de trabajadores en la calle. Nos encontramos con el cierre de comercios y fábricas. Nos encontramos con la quita de pensiones por discapacidad. Nos encontramos con la reforma jubilatoria. La economía prendida fuego, la inflación que prometieron bajar no para de subir y el dólar que decían controlar, tampoco. Nada de esto nos fue indiferente, todo nos tocó de lleno. A los únicos que benefician estas políticas es a los grandes empresarios y a las grandes medios de comunicación que ya conocemos.
La suba del dólar, que aún no frena, trajo consigo el aumento exponencial del valor del papel prensa, de los insumos que implica poder tener cada mes nuestra edición impresa. Buscamos mil maneras de poder seguir adelante, porque siempre nos pareció necesario e importante no estar sólo de manera digital, sino también poder acercar a cada laburante, a cada jubilado, a cada estudiante y a cada vecino, un medio comprometido con su tiempo.
Con dolor, y porque ocultarlo, con algo de bronca tuvimos que tomar la decisión de que nuestra edición impresa deje de salir por un tiempo. Conscientes de lo que esta decisión implica, decidimos poner todos nuestros esfuerzos en renovarnos, en convertir esta situación en una oportunidad para mejorar y sostener la voz de nuestro medio, sea como sea. Nos propusimos adaptarnos a estos nuevos tiempos que corren, porque es nuestra prioridad es estar junto a nuestros lectores. Queremos reflejar la vida de la gente de carne y hueso y acompañar desde este lugar, las transformaciones y los procesos sociales que vivimos.
Lo importante es que en cualquiera de nuestras versiones seguiremos siendo un medio que alce su voz cada vez más fuerte, que se comprometa, que ponga el cuerpo y esté en la calle. Un medio que ponga luz donde otros no lo hacen, que no le da miedo el pueblo porque somos parte de él, un medio al que le interesa que se reestablezcan derechos y que entiende a la comunicación como tal. Queremos que nos sigan acompañando, que cada vez seamos más las personas que nos interese lo que pasa al lado nuestro y menos las que miren para un costado, porque ante todo entendemos que la comunicación es y será una responsabilidad histórica.
Cuando más medios haya más formados vamos estar la ciudadanía, filosofica-sociologica-antropològica e historicamente . Más voces, más democracia.