Anoche se consolidó la octava y mas apabullante derrota de Cambiemos en este calendario electoral de 2019, al perder el candidato Mario Negri por más de 35 puntos en la provincia que fue clave para el triunfo de la coalición de gobierno en 2015.
Con una elección arrolladora, Juan Schiaretti se impuso con un 54% de los votos (con 89% de mesas escrutadas) y se aseguró la reelección como gobernador de la provincia mediterránea, mientras el PJ obtuvo un histórico triunfo en la capital, desplazando al radicalismo.
Es el primer escenario electoral donde la cada vez mas inocultable grieta dentro de Cambiemos se manifiestó de lleno, ante la incapacidad de llegar a un acuerdo interno que evite la caída de los candidatos Negri y Ramon Mestre, quien quiso disputar el liderazgo de la alianza de gobierno para la UCR, y solo obtuvo el 11% de los votos, a seis puntos porcentuales del candidato de la Casa Rosada.
«No habrá república en la Argentina sin el peronismo y no habrá futuro para el peronismo en la Argentina si no es republicano» manifestó el gobernador reelecto, quien se impone como armador de la convulsionada alianza Alternativa Federal: «El otro mensaje es que los cordobeses queremos la moderación, no queremos la grieta que tanto daña a la Argentina».
Por su parte, Negri felicitó al ganador y expresó: «seguiremos trabajando por una provincia más segura, más justa y defendiendo la calidad institucional». Además, quiso desligar al gobierno nacional de la dura derrota en el segundo distrito con mayor cantidad de electores.
En la capital cordobesa el peronismo logró imponer su candidato y quebrar la hegemonía radical casi total que se extendía desde el retorno de la democracia política, con la gran victoria de Martin Llaryora sobre el macrista Luis Juez y el radical Rodrigo de Loredo.
Pese a los intentos por disimularlo y negar la derrota de la Casa Rosada, los apoyos públicos y presenciales -viajaron a la propia Córdoba- de Horacio Rodríguez Larreta y Maria Eugenia Vidal a Mario Negri son imposibles de tapar.
Las nefastas y miserables estrategias de Elisa Carrió, quien se alegró por el fallecimiento de José Manuel De La Sota, o las declaraciones homofóbicas de Luis Juez para referirse a Llaryora, chocaron con el repudio de la mayoría de las y los cordobeses.