Lucas Carrasco no quedó detenido. La condena será efectiva si la Cámara de Casación confirma el fallo de la jueza Ana Dieta de Herrero, quien también condenó a Cristian Aldana. En caso de quedar firme la sentencia, solicitó que se incorpore el perfil genético al Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual.
La sentencia responde al tiempo pedido por la querella. La Fiscalía alegó 7 años. Guillermo Vartorelli, abogado defensor, adelantó que buscará la absolución del acusado. Además, aseguró que no se trató de abuso sexual, sino de una relación consentida. Para él, como para el acusado, el abuso al interior de la pareja no es posible.
Vartorelli sostuvo que por la inexistencia de pruebas es muy difícil comprobar el delito. También aseguró que si «se denuncia 3 años y medio después es muy difícil producir prueba de defensa».
Al acusado se lo quiere considerar como inimputable porque estaba » completamente borracho». También habló de drogas, intentos de suicidio, depresión e insomnio.
Tras concluir los alegatos, se le dio la palabra a Carrasco: «Yo estaba borracho y eso influye. Pudo haber un destrato, me pude haber equivocado en el modo de hablar y demás, pero en todo momento fue una relación sexual consentida.»
Las denuncias
Hace tres años, con el impulso y militancia feminista en las calles, dos mujeres se animaron a denunciar. El abuso sexual en un marco de consentimiento es difícil de probar, pero es un hecho que ocurre y se invisibiliza.
Por el caso de Sofía Otero, lo condenaron a nueve años. Por el otro, una chica que prefirió mantener el anonimato, quedó absuelto. Los casos ocurrieron en 2013 y 2015. En principio, ambas situaciones se dieron en un contexto de consentimiento que concluyeron con hechos violentos.