Es oriundo de Avellaneda y tiene 32 años. Desde 2013 a 2017 fue concejal por Unidad Ciudadana, responsable del Consejo Municipal de ACUMAR y desde hace dos años es parte de la gestión de Jorge Ferraresi como secretario de Gestión Ciudadana.
¿Qué balance hacés de la gestión de Macri?
Lo primero que quedó demostrado el 11 de agosto es que las sociedades siempre votan para delante. En 2015 el gobierno le dijo a la gente que iba a vivir mejor, que nadie iba a pagar impuesto a las ganancias, que no le iba a sacar nada de lo que tenía, que iba a haber más trabajo, etc.
La realidad es que en aquel momento la sociedad les dio la oportunidad de hacer aquello que decían que iban a hacer. Luego, en 2017, después de dos años de no cumplir con absolutamente nada de lo prometido, le pidieron a la sociedad que no les retire la confianza, le dijeron que “estaban aprendiendo”, que había que hacer un esfuerzo más y que se veía la luz al final del túnel.
Los argentinos y las argentinas le volvieron a dar la posibilidad de cumplir con la palabra empeñada. Después de cuatro años, que está a la vista de todos y de todas las mentiras que ha representado el gobierno de Cambiemos, la sociedad dijo basta y volvió a votar para adelante. Eso, en este momento significa recuperar el trabajo, la producción, volver a invertir en salud y educación, tener nuevamente un Estado que incluya y promueva.
Nosotros no hablamos desde la perfección, se cometieron errores durante los 12 años de gobierno, pero cualquier argentino sabía que al día siguiente si se esforzaba podía crecer, podía vivir un poco mejor porque había un Estado que ponía en valor el esfuerzo. En cambio, hace 4 años que seas del nivel social que seas, excepto para los dueños de los bancos y de las empresas de energía, por mucho que te esfuerces, sabes que al día siguiente vas a estar peor.
¿Qué pensás de la actitud que tomó el gobierno después de las PASO?
Estuvieron tres años y medio echándole la culpa al gobierno de Cristina y ahora le echan la culpa al posible gobierno de Alberto. Entonces, el problema es que el gobierno tiene la legalidad pero no tiene la legitimidad de la sociedad, hay un gran sector de la sociedad que dijo «basta» y que necesita que se cambie el rumbo de la economía, pero el gobierno ha delegado las decisiones de política economía en el Fondo Monetario Internacional. Por es fundamental ratificar el resultado de agosto en octubre, para tomar las decisiones que necesitan la Argentina para volver a crecer.
Cuatro años más de este modelo puede generar un daño irreparable en todos los sectores de la sociedad. Si vos hablas con comerciantes te dicen que van a esperar a octubre a ver que pasa. Hace unos días una comerciante de Piñeiro me decía: «Entra más gente a vender que a comprar. Tenes el que te vende medias, lapiceras, pañuelitos.” Mucha gente que se quedó sin laburo y hoy venden lo que pueden para intentar sobrevivir.
¿Te sorprendió el resultado electoral?
Fue más contundente de lo que uno esperaba. Había un termómetro en la calle que nos decía que se le iba a poner un freno a este modelo económico. Me parece que se dio un primer paso pero hay que ratificarlo el 27 de octubre para poner en marcha a la economía y poner de pie a la Argentina y a la provincia de Buenos Aires.
En el caso de que se ratifique el resultado, ¿cómo crees que será el país que va a recibir Alberto?
Vamos a tener un país más parecido al del 25 de mayo del 2003 que le tocó asumir a Néstor, que al que dejó Cristina el 9 de diciembre de 2015. Nosotros dejamos un país en marcha, desendeudado, con trabajo, con producción y se ha retrocedido muchísimo en solo 3 años y medio. Vamos a tener que implementar políticas de emergencia alimentaria, recuperar el trabajo y la producción, incentivar el consumo e impulsar el crédito para la industria para encender la economía nuevamente.
Pero Alberto ya lo ha hecho con Néstor y Cristina en 2003, sabe cómo hacerlo y tiene la decisión política. A partir de diciembre vamos a tener un presidente que no tome decisiones en contra de la gente.
¿Cómo viste el resultado de Avellaneda?
Hoy Avellaneda es un ejemplo de gestión e inclusión, es la demostración que si hay voluntad política es posible administrar los recursos de los municipios en función de las demandas de los vecinos, incluso en un contexto económico y político adverso.
Desde el 2015, la Nación y la Provincia han castigado muy duro a la ciudad en términos presupuestarios, sin embargo, en 4 años de ajuste Avellaneda no se arrodilló y siguió adelante. Ferraresi transformó estructuralmente cada barrio y sentó las bases para el futuro de la ciudad, será tarea de las nuevas generaciones seguir impulsando su desarrollo el tiempo que viene.
¿Comparas la gestión de Ferraresi con la de distritos vecinos?
La gestión de Avellaneda, comparándola con la de Lanús y Quilmes, tienen concepciones muy distintas. Ambos distrito han sido beneficiados por la gobernadora Vidal en términos de recursos. Sin embargo, las gestiones de Molina y Grindetti son el reflejo de la administración de Mauricio Macri, un gobierno lejos de la realidad y a espaldas de la gente. Hay una cuestión de concepción sobre el Estado, recuerdo que una vez a Ferraresi le dijeron “me gusta lo que haces pero no como pensás” (en referencia su posicionamiento político) y Jorge le contestó: “yo hago lo que hago porque pienso como pienso” y creo que tiene que ver con eso.
¿Como ves tu trabajo desde el Senado provincial?
Lo importante es recuperar el ejecutivo nacional y provincial para ponerlo en función de reactivar la economía y volver a incluir a quienes este gobierno excluye. Desde lo legislativo nos va a tocar defender los proyectos que se envíen al Senado y desde ahí lo haremos con mucho orgullo y compromiso. Durante los últimos cuatro años vimos una gobernadora que se ocupó más de defender al presidente que defender los intereses de los bonaerenses. En cambio, desde el 10 de diciembre, con Axel Kicillof, los ciudadanos van a vivir mejor porque vamos a tener un gobernador que se va a hacer cargo de los problemas de la provincia.
¿Cómo imaginas el próximo 27 de octubre?
Recordando mucho a Néstor, con ganas de decirle que no nos quebramos, que seguimos caminando, que valió la pena. Y con una enorme responsabilidad por delante de trabajar como lo hizo él para que los argentinos y las argentinas, los que estamos y los que vendrán, vivan en un país con oportunidades para todos.