Con la presencia del presidente Alberto Fernández y la vice presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof fue proclamado gobernador de Buenos Aires. Anteriormente, juró la vicegobernadora, Verónica Magario quien hizo el traspaso.
En su primer discurso como gobernador, advirtió que «si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es tarifa, es un saqueo». Por ello, planteó la derogación del tarifazo de luz firmado por la ex gobernadora que consistía en un aumento del 25%.
Indicó, según un fallo del 2017 de la Corte Suprema, que los costos del suministro eléctrico deben ser razonables y que «todos puedan abonar esas tarifas».
Sobre la situación actual de la Provincia, se comprometió «ante los y las bonaerenses a trabajar sin descanso y con honestidad para reconstruir la provincia de Buenos Aires».«Creo que se aplicó un viejo y antiguo modelo de valorización financiera de endeudamiento y fuga de capitales», indicó.
Las deudas de la provincia alcanzaron el pago de los sueldos y de los insumos más básicos. Frente a los planes de ajustes aplicados por el macrismo, describió: «como un perro que se come la cola: la menor actividad en lugar de mejorar las cuentas reduce la recaudación.»
Axel Kicillof sostuvo que: «en cuatro años cerraron 3300 PyMEs industriales y 9500 comercios. No son números, son personas, es gente de carne y hueso» y agregó: » «Hay que embarrarse, estar, acompañar, contener, ayudar y proteger al tejido productivo».