El 2019 representó un año de avasallamientos de derechos y altos índices de femicidios. Según relevó el Observatorio «Ahora que sí nos ven», entre el 1 de enero y el 28 de diciembre, se contabilizaron 327 femicidios.
En noviembre, las muertes se expresaban en estadísticas y las estadísticas en falta de políticas públicas para enfrentar la violencia de género. Entre ellas, 251 niños y niñas perdieron a sus madres por la violencia de género más extrema: el femicidio. Parejas y ex parejas fueron responsables de alrededor del 63% de los casos. Si bien, a lo largo del año hay un femicidio cada 27 hs, aunque diciembre alcanzó 30 en 28 días: 1 cada 22 hs.
A los femicidios, diciembre contó numerosos casos de abusos sexuales en manada. Complicidad entre pares, entre amigos.
En Carlos Paz, una sobreviviente de violación reconoció a sus agresores, en total detuvieron a 10. Dos de ellos pertenecían al equipo de Primera de Huracán. Sucedió en una casa quinta.
En San Martín, 5 adolescentes de entre 13 y 15 años están detenidos en un instituto de menores por abusar en un terreno baldío a una niña de 13 años. La niña ingresó al Hospital Belgrano con signos de abuso.
En La Rioja, cuatro personas ingresaron a un centro de estética y violaron a una joven que trabajaba allí. Hay un solo detenido.
Durante los primeros días de diciembre, una mujer desnuda y llena de sangre caminaba por las calles de Luján. Según expresó, siete personas la habían violado.
Apenas, casi imperceptible, son datos relevados de diarios y portales digitales. ¿Cuántos escapan al lente de la cámara? ¿Cuántos casos mueren en el silencio? En el seno de la familia, donde las cosas no se hablan. En el barrio, entre amigos, en los suburbios del miedo, de la desesperanza.
Entre crímenes de odio y desprecio, las mujeres, cuerpos feminizados o que escapan a la norma, siguen viviendo entre la vulneración y la culpa, entre el perdón y el por favor. Muchas de ellas, sin ese privilegio. Sus caras empapelan barrios, sus victimarios muchas veces sin ser juzgados.
A las 327 mujeres asesinadas, se suman las muertas por abortos clandestinos, lanzadas a un destino incierto, lleno de obstáculos y con todos los números para morir sin hacer mucho ruido. Las muertas nos pesan a todas, a todos y a todes.
También se suman decenas de niños, niñas y adolescentes que fueron víctimas colaterales. Asesinados en ocasiones, abusados en otras. En muchos casos, de frente a la muerte, al costado del cuerpo sin vida de su madre, bañados en sangre y con un hilo de voz. Desamparados, sin respuestas ni razones.
¿Cuántos cuerpos sobran al presupuesto 2019? ¿Cuándo se deja de contar?