Sergio Chouza es docente e integrante del Observatorio de Políticas Publicas de la UNDAV. A la luz de la decisión del Gobierno de decretar un aumento en los salarios de $4000 ($3000 en enero y $1000 en febrero), el investigador reflexionó sobre el alcance de las medidas en clave económica
-¿Cómo evaluas la medida del Gobierno de definir un aumento generalizado para trabajadorxs del ámbito privado?
Por un lado te hablaría de la política estrictamente salarial. Por el momento se dio a partir del piso de paritarias, mal llamado bono. Para el sector privado constituye un aumento de la masa salarial de 20 mil millones de pesos. Sobre todos los salarios que paga el sector privado es un agregado de 20 mil millones de pesos. Esto lógicamente tiene un impacto sobre la economía, sobre el consumo posteriormente y también algo sobre el ahorro.
Es una cifra que no termina de conformar a los trabajadores para recuperar la pérdida del poder adquisitivo. Y a su vez también es marcada como compleja para afrontar por parte de los empresarios. Entonces ahí uno tiende a pensar que cuando hay una decisión de parte del estado que no conforma a ninguna de las dos partes es porque fue de alguna forma una negociación exitosa. Si conformara únicamente a alguna de las partes estaría demasiado volcada para ese sector.
Es un billete que llega a cubrir la pérdida del poder adquisitivo del 2019 para un 1.300.000 trabajadores. Se vincula obviamente con los convenios más bajos. No cubre la pérdida del poder adquisitivo para los convenios más altos, pero si para los más bajos: metalúrgicos,estacioneros, alimentación, sanidad, encargados de edificio, cuero, entre otros. Para esos sectores es un aumento importante.
Para las escalas más bajas tiene un impacto entre el 7 % y 20%, con lo cual la cifra de $3320 en términos netos no suena a mucho pero para los convenios más bajos es un piso importante. También es importante pensarlo en ese sentido, como un piso de paritarias. No como una reconstitución definitiva de lo que va a ser la negociación 2020. La negociación se va a dar a lo largo del año y va a tener su correlato en cada uno de los convenios colectivos, pero es de alguna forma el estado garantizando un piso que alivia la situación, sobre todo en los sectores de menos ingresos.
SALARIO Y CONSUMO
– ¿Qué impacto crees que puede tener este incremento en la economía?
Sobre el impacto en la economía, esta un poco vinculado al monto global que te decía. A los 20 mil millones de pesos habría que agregarle lo que va a ser la re-composición para el sector público. Supongo que a va a ser un monto global más bajo, alrededor de 3 mil y 5 mil millones de pesos. Es toda plata que se vuelca al consumo. Viene a satisfacer, a actualizar todo este componente de consumo reprimido, donde caen mes a mes los indicadores de consumo.
Hoy veía el índice de venta en supermercados, que cae hace 16 meses en forma consecutiva sin parar. Esas son familias argentinas que antes por ahí tenían un mango, les sobraba un billete y lo volcaban a la compra de productos básicos. Un día los posponen, los suprimen o se mueven a segmentos de segundas o terceras marcas. Lógicamente cada monto que vayan recuperando gradualmente los salarios es muy esperable que vaya a consumo. Esto empieza a dinamizar y a reconstituir esa fibra de la economía que se rompió en estos dos últimos años de recesión en continuado
– En la previa de los anuncios se mencionaron montos superiores a los que se terminaron estableciendo. ¿Por qué crees que hubo semejante brecha entre las conversaciones previas y el decreto definitivo?
Me parece que estaba un poco sobregirado respecto de las posibilidades certeras en muchos rubros empresariales. Es una realidad casi transversal para todas las empresas chicas y medianas que los márgenes de ganancia vienen muy deprimidos y que las ventas no vienen bien. Hay un indicador que es el de CAME, que es el más difundido para caracterizar la evolución de las ventas pymes y viene teniendo una caída en continuado casi irrefrenable. Cayo 45 de los últimos 48 meses, o sea, en los últimos 4 años. Con caídas en el último año de entre 11% y 12%.
Son porcentajes que asustan y lógicamente a ese sector empresario le cuesta hacer frente a estos aumentos de salarios a pesar de que esto en el corto o en el mediano plazo termina volviendo en mayores niveles de venta. Esa creo que es la razón por la cual la suba final termino acortándose un poco respecto de lo que se venía rumoreando inicialmente. Se hablaba de una suma entre los 6000 o 9000 pesos. Esto nivela un poco, sobre todo a los convenios más bajos y después a lo largo del año, a principios de abril mayo se comienza a negociar al interior de cada segmento incrementos que seguramente excederán estos 4000 pesos.