Por pedido del ministro Agustín Rossi, se debió realizar una auditoria interna de todas las áreas. Parte del archivo de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario se encontraba en el subsuelo del Ministerio de Seguridad totalmente destruidos por el agua. Señalan que se trata de «una filtración de agua de larga data».
El Edificio Libertador contaba, además, con documentación de administración que también se encontraba destruida por la misma razón. En Twitter se publicó un hilo sobre la situación del edificio y los archivos.
Según indicó Agustín Rossi, «sorprende la desidia de la gestión anterior.» En un país que construyó su historia en pos de los Derechos Humanos, el estado de los documentos hablan de una política de Estado. Una gestión que nunca supo hablar sobre derechos fundamentales. Una gestión que se fundamentó discursivamente bajo «el curro de los Derechos Humanos».
El comunicado concluyó: «se está trabajando en conjunto con las áreas afectadas para determinar qué documentación ha sido destruida producto de la falta de mantenimiento edilicio durante los cuatro años la gestión anterior».