Las mujeres estamos cansadas. Ayer salimos nuevamente a los balcones, colgamos carteles e hicimos sonar nuestras voces. No podemos marchar, pero buscamos la manera para que nos escuchen y por las redes convocamos a un ruidazo.
Desde el 13 de marzo hubieron 12 femicidios. La violencia con la cuarentena se recrudece porque una mujer encerrada 24 horas con un violento que no está yendo a trabajar o quizás no esté en la mejor situación económica descargará su furia contra ella, más de lo habitual. El encierro obligatorio es para protegernos del virus. Pero no protege a las mujeres de la peor pandemia que nos acosa, nos oprime y nos avergüenza como sociedad: los femicidios. En una investigación que comenzamos con la Doctora Marta Lastra y Abofem Argentina, nos propusimos poner el foco en qué están haciendo los hombres y sobre todo los que ocupan espacios de poder para acompañar a los reclamos de los movimientos feministas.
No podemos seguir pensando que este es un problema exclusivo de las mujeres. No podemos seguir poniendo el foco en la víctima y que sea ella la que salga del problema, del cual evidentemente, no está pudiendo salir. Se han tomado medidas, pero no alcanzan. Por primera vez un diputado propone un proyecto de ley para que aquellos hombres que incumplan con la restricción perimetral sean penados.
El proyecto propone incorporar un agravante al delito de desobediencia del artículo 239 del Código Penal. “Propone un artículo 239 bis para los casos de desobediencia a una restricción perimetral o prohibición de acercamiento dictada en el marco de una causa por violencia de género, estableciendo una escala penal de uno a cuatro años, lo que conllevaría a quien viola una perimetral vaya preso,” explica Selva. Asegura que si bien no resuelve la problemática ayuda a prevenir la fatalidad en la que deriva la ausencia del Estado.
El Diputado nacional Carlos Selva del Frente de Todos, explica que las medidas de restricción no son suficientes, por la ineficiencia o ausencia del Estado. “El posterior cumplimiento de la medida es muy poco eficaz, las tobilleras o pulseras que detectan la ubicación del violento y alertan cuando este viola su perímetro. Es es evidente que el Estado llega tarde.” Cuenta que decidió proponer este proyecto porque las cifras en materia de violencia de género son alarmantes.
Selva asegura que “el movimiento feminista ha logrado poner en evidencia que la violencia de género es una problemática que nos atañe a todos, que es necesario tomar conciencia y trabajar desde temprana edad para erradicar estereotipos que no contribuyen para una mejor vida en sociedad, sin discriminación ni diferencias entre hombres y mujeres. Esto no es una guerra entre hombres y mujeres y todos nos debemos involucrar”.
Según la Unesco, la violencia contra las mujeres tiene que ver con los pactos patriarcales, entendiendo por tales “acuerdos que la cultura hace en torno a la virilidad, virilidad que se construye a partir de la forma como se produce una definición de comportamientos que exigen la pertenencia a un grupo a partir de la exclusión del otro.”
En este marco de violencia que ya no se pude seguir sosteniendo, es primordial que trabajemos en conjunto para ir rompiendo esos pactos que tanto daño nos causan en todos los órdenes de la vida.