El aislamiento general y obligatorio decretado por el gobierno nacional el 19 de marzo del corriente debido a la crisis sanitaria desatada a nivel mundial por el coronavirus golpeó la economía doméstica. El Gobierno Nacional ha incrementado el gasto público para combatir y mitigar los impactos económicos y sociales.
Durante este primer mes de aislamiento obligatorio se fueron anunciando distintas medidas expansivas, tanto fiscales como monetarias. En el gráfico podemos visualizar los fondos destinados a empresas, personas y otras organizaciones.
El esfuerzo presupuestario que requieren estas decisiones, sumadas a las de los primeros meses de gestión, previo a la pandemia, es considerable. En promoción y asistencia social hubo un aumento del 96,6%, en Industria +43,9%, Salud +8,2% y en Seguridad Social el incremento fue del 6%.
En la ejecución del presupuesto del nuevo gobierno se visualiza el rol de asistir primero a los más vulnerables.
El primer paquete anunciado, a fines de marzo, proyectó desembolsar $555.550 millones, equivalente al 2,5% de PBI actual.
En Argentina los sectores alineados con las políticas tradicionales ortodoxas proponían la imposibilidad de aplicar un paquete de estímulo semejante al de otros países por la pérdida del financiamiento en los mercados internacionales y por la situación de la deuda pública argentina en proceso de renegociación.
Pero la coyuntura demanda una respuesta que se aleje de las recomendaciones de los manuales de texto.
Con un desembolso de más de $43.800 millones la inversión social creció en el primer trimestre un 96,6% ajustado por la inflación. La presencia del Estado es fundamental, no sólo para mitigar las consecuencias de este shock externo, sino también para empezar a construir un sujeto social que una a la sociedad en un contexto de crisis.
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Fuente: Economía UNDAV