Hace un mes aproximadamente escuché hablar en la radio sobre Normal People. Todo lo que contaron me impactó mucho y sentí la necesidad de verla. Decidí salirme de las plataformas típicas como Netflix y Amazon y fui a buscar por esos lugares “prohibidos” de la web. En uno de esos que empieza con “Cue” y termina con “vana” estaba disponible esta serie de 12 capítulos de 30 minutos cada uno. Eran 6 horas en total y cuando algo me gusta no puedo parar. Así que me quedé dos madrugadas viendo la totalidad de los capítulos y efectivamente puedo decirles que es una de las series que más me conmovió en los últimos tiempos.
¿Qué tiene de diferente Normal People? Creo que todo, o casi todo mejor dicho. Esta serie viene a plantearnos que las relaciones personales no son absolutas, no hay blanco o negro, hay diversidad en las formas de amar. El amor se puede encontrar de muchas formas y sobre todo que en la vida real el amor romántico que nos inculcaron no existe.
Para serles sinceres, Normal People tendría todo lo que está bien contar si no fuera, como diría Jorgito de “Te lo resumo así nomás”, una historia de amor heterosexual de dos jóvenes blancos y hegemónicos. Pero la realidad es que si bien es importante que seamos conscientes de estas cosas cuando vemos un audiovisual, la serie nos da mucho más y ahí es donde quiero poner el foco.
La historia
Normal People está basada en la novela de Sally Rooney publicada en el año 2018. Sally es una escritora de 29 años y quizás porque una millennial cuenta la historias de unes millennial es que puede hacerlo de una forma tan cercana y real. Dirigida por dos directores como Lenny Abrahamson y Hettie Macdonald la historia está partida en dos mitades. Una mucho más “inocente” o cálida y otra mucho más oscura, en cuanto a lo estético. Y esto va de la mano de lo que van viviendo les personajes.
La historia gira alrededor de Marianne y Connell, dos jóvenes que se conocen en la secundaria en la ciudad irlandesa de Sligo. Allí comienzan una relación a escondidas de todos. Él ama la literatura. Es el popular de su grupo pero con una sensibilidad especial al resto de sus compañeres y amigues y también bastante inseguro de sus sentimientos. Marianne lo define como la mejor persona que conoció en su vida. Es además el hijo de una mujer soltera que trabaja en la casa de Marianne. Ella es una joven rica pero solitaria. Nunca se calla y dice todo lo que piensa a quien sea. No tiene amigues, solo a Connell. Ella aparenta estar muy segura de todo lo que quiere, en especial con él, aunque nunca se lo pueda expresar en palabras.
La secundaria termina, comienza un camino hacia la adultez en la universidad y los caminos que cada une tome hará que una y otra vez se vuelvan a encontrar, alejar y amar de muchas formas. Ya nada es como en la secundaria y esto traerá conflictos personales a nivel emocional y psicológico. El resto se los dejo a ustedes para que la vean y saquen sus propias conclusiones.
No es otra historia de amor romántico
Lo que Marianne y Connell viven no es más que un desarrollo personal, crecen “de la mano” de sus decisiones, sus inseguridades, sus deseos. Aquí no hay conflictos externos que los amenacen (como las típicas historias de amor romántico), todos los conflictos son internos, son reales. Hay incapacidad de expresar sentimientos fuertes, hay miedo, hay (mucho) deseo y sexo. Sexo sobre todo.
Y en el sexo me voy a detener, y si esto fuera un discurso pararía acá y pediría un aplauso a les productores y directores. Normal People tiene las escenas de sexo consentido más reales y crudas que he visto. No hay una espectacularización del sexo ni de los cuerpos; ambos cuerpos se muestran de la misma manera, no hay más desnudos de ella que de él. Un detalle no menor y muy valorable: el sexo incluye el momento preservativo, con eso se ganó todo mi amor la serie. En resumen, el sexo no es solo sexo, es una forma de relación entre les personajes, y particularmente entre Marianne y Connell es un momento en el que se sienten seguros y libres de expresar lo que sienten.
Digo que no es otra historia de amor, también, porque los estereotipos femeninos y masculinos no están asumidos. Los roles de cada une no son los típicos que estos estereotipos refuerzan en las historias románticas. Solo hay un momento donde el sadomasoquismo cae en una especie de estereotipo típico que roza “50 sombras”, pero salen bastante bien de ese momento.
Creo que lo más hermoso que nos deja la historia de Marianne y Connell es que nos muestran que el amor no significa dejar todo por el otro, que en el amor hay dos que no siempre van a desear lo mismo y eso no está mal. Que elegir caminos diferentes no hace que uno ame menos. Y por sobre todo que amar significa dejar todo tipo de egoísmo de lado; ser posesivos no es una característica del amor.
Este nuevo modelo de pareja que presentan es de las que queremos en las pantallas. Parejas que mutan, donde el drama cuando algo se termina no impera, donde todo es bajo el respeto mutuo y el amor sincero y desinteresado. Donde el diálogo conduce la relación. Diálogo, algo tan simple como necesario.
Por esto y muchas cosas más que no les voy a seguir diciendo, porque sería spoilear la serie y por sobre todo aburrirlos, es que les digo: vayan, busquen “Normal People” y disfruten, en todos los sentidos posibles que el disfrute se pueden entender.