High Fidelity es una serie estadounidense producida por Hulu, la plataforma streaming propiedad de “The Walt Disney Company”. Actualmente es la competencia más fuerte de Netflix en el país del norte. Hulu viene produciendo muchas series con muy buena calidad y sobre todo con historias que se escriben para las generaciones actuales. Una característica que comparte con otra recomendación que ya les hice (Normal People) es que vienen a “romper” con ciertos estereotipos y clichés de las historias románticas.
A High Fidelity también la van a poder encontrar en esa página que empieza con “Cue” y termina con “vana”. Está disponible la única temporada que tiene (y tendrá) de 10 capítulos de un poco más de 30 o 40 minutos cada uno. Es ideal para ver este finde largo de aislamiento social, preventivo y obligatorio. No dejen de verla.
La historia
Rob es la dueña de una tienda de discos de vinilo y amante de la música, toda. Vive en Brooklyn, New York y está decidida a superar a su último amor, Mac. Para eso comenzará a revisar su top cinco de relaciones amorosas para intentar encontrar allí qué es lo que le sucede cuando está en pareja. Ese “viaje al pasado”, que es también un viaje introspectivo, lo hará en continuo diálogo con el público. Rob nos interpela, nos cuenta y reflexiona con nosotres sobre el lado humanos de aquellas relaciones que no tuvieron un “final feliz”.
El tono de la historia tiene marcado un tinte feminista y diverso interesante. Por solo decir el más notable, Rob no solo se enamora de hombres, también hay una mujer en su top cinco. Y eso es interesante, sobre todo porque las cinco relaciones se cuentan sin hacer distinciones según el sexo de la pareja. El amor no tiene distinción de género. Esa es una de las cosas que nos deja esta reversión de High Fidelity.
¿Qué tiene de diferente con la película?
Se podría decir que todo, sobre todo por los personajes. La serie la protagoniza Zoë Kravitz (hija de Lenny Kravitz), una mujer y afroamericana, o sea que ya desde el vamos no es un hombre y blanco. Les amigues que la acompañan son Cherise (Da’Vine Joy Randolph), también otra mujer afromericana, y Simon (David H. Holmes) un hombre, blanco, gay y fanático del punk.
Por otro lado están “los amores” de Rob. Como ya les conté arriba, aquí Rob no se enamora exclusivamente de hombres, también lo hace de una mujer. Si bien solo se enamora de una, esa relación no es estereotipada y eso ya es un punto positivo.
Por último está la música. Esta nueva versión de High Fidelity tiene una de las mejores bandas sonoras que he escuchado. No se queda solo en los clásicos ni es elitista en las bandas que escuchan este trío de amigues. Solo por nombrar a los más conocidos, va desde Fleetwood Mac, Frank Zappa, Nina Simone, Bowie hasta Blondie, Aretha Franklin, Prince, Beastie Boys y tantos otros.
¿Por qué verla?
Si sos amante de la música, vas a disfrutar mucho de ese amor que Rob, Cherise y Simon siente por ella. Vas a disfrutar todas las canciones y sobre todo del guiño que hacen a la vieja escuela melómana. Y si te encantó tanto que querés tener todas esas canciones en una sola lista de reproducción, entrá a Spotify, buscá «High Fidelity» y ahí vas a encontrar la lista de canciones oficial de la serie.
También vale la pena verla porque es una serie con mucha diversidad. Diversidad desde lo musical, pero sobre todo desde lo sexual y racial. Además, creo que sobre todo para les millennials que llegamos a los 30, o les que están prontos a llegar, nos interpela y nos podemos sentir identificades con ciertos momentos de la vida de Rob.
Desde el punto de vista técnico, ese «aire neoyorkino» y de los suburbios está muy bien representado. El vestuario, todo el arte en general, y la fotografía son otros de los puntos fuertes de la serie. Junto con el guión, que como les conté busca ser un guiño a las nuevas generaciones.
No hay mucho más para decirles. Solo búsquenla, véanla, disfrútenla y después me cuentan qué les pareció.