La gente se reúne sin protección. Los bares y restaurantes reabren con protocolos que difícilmente puedan garantizar el cese de contagios. Los números de positivos crecen, los fallecimientos también. Ya no son casos lejanos, son personas de nuestro entorno. El personal de salud no da a basto, las clínicas y hospitales al borde del colapso. Frente a una situación desesperante donde el personal de salud se siente agotado y desbastado, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) lanzó un comunicado.
«Sentimos que los recursos para salvar a los pacientes con coronavirus se están agotando. La mayoría de las Unidades de Terapia Intensiva se encuentran con un altísimo nivel de ocupación. Los recursos físicos y tecnológicos como las camas con respiradores y monitores son cada vez más escasos. La cuestión principal, sin embargo, es la escasez de los trabajadores de la terapia intensiva que, a diferencia de las camas y los respiradores, no pueden multiplicarse.»
La situación es crítica. Advierten el cansancio, las limitaciones y las decenas de trabajadores y trabajadoras de la salud contagias de COVID19. «Tenemos que lamentar bajas, personal afectado y, lamentablemente, fallecidos, colegas y amigos caidos que nos duelen, que nos desgarran tan profundamente».
«Pero ahora sentimos que no podemos más, que nos vamos quedando solos, que nos están dejando
solos; encerrados en la Unidades de Terapias Intensivas con nuestros equipos de protección personal
y con nuestros pacientes, sólo alentándonos entre nosotros. Observamos en las calles cada vez más
gente que quiere disfrutar, que reclama sus derechos, la gente que se siente bien por ahora. ¿Qué
pasará con ellos y sus familiares mañana?», continúa.
«El personal sanitario está colapsado, los intensivistas están colapsado, el sistema de salud está al borde del colapso», advierten.
En diálogo con Telam, Arnaldo Dubín -referente de SATI-, mostró preocupación por la flexibilización en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Indicó que «esta flexibilización está provocando un desmadre en las conductas sociales».
Además, agregó “la única estrategia para evitar un colapso sanitario es disminuir la propagación de la enfermedad y, para esto, también hay un único camino: el aislamiento”.