Luz Aimé Díaz tiene 24 años y es una migrante trans con una discapacidad visual severa. Esta mañana, comenzó la primera audiencia del juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal 8. Organizaciones sociales, LGBTIQ+ y de derechos humanos solicitan su «absolución» por un hecho que no cometió.
La joven salteña lleva dos años detenida con prisión preventiva. Se la casa de participar del robo e intento de asesinato del dueño de un departamento en Palermo al que acudió por su condición de trabajadora sexual. Luz había sido contratada por otros dos hombres, los que habría perpetrado la agresión.
El año pasado se creó la «Campaña por la Absolución para Luz Aimé». Adhirieron 47 organizaciones como el CELS, la APDH, la CHA, la Federación Argentina LGBT, el Bachillerato Popular Mocha Celis, Furia Trava, Abosex, Agencia Presentes, Cosecha Roja, entre otras.
Por otra parte, se armó un petitorio en Change.org en el que ya se reunió alrededor de 7.500 firmas.
Luz Aimé
Luz es pequeña, delgada. Perdió la visión de un ojo y el 25% del otro cuando tenía 13 años. Ocurrió mientras ejercía la prostitución: «un camionero borracho me pegó porque no quería pagar el servicio», contó en diálogo con Telam.
Se mudó a Buenos Aires a fines de 2017. Cansada de su tierra natal, decidió migrar en busca de una vida mejor. Llegó con el fin de acceder a educación, terminar la secundaria y «estudiar una carrera».
Comenzó en el Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis, mientras ejercía la prostitución durante los fines de semana. En 2018 fue detenida. Supo que la acusaban por intento de homicidio agravado contra otra persona de al comunidad LGBTIQ+. Los primeros seis meses tuvo recluída en el Complejo de Ezeiza. Desde abril de 2019 se encuentra con arresto domiciliario en el Hotel Gondolín, otorgado por cuestiones de salud.
En diálogo con Telam, Luz recordó aquel día que fue detenida. Dos hombres la llevaron a un departamento al frente de donde paraba. Camino por la casa a oscuras, guiándose por la luz de la habitación.
«No conozco a la víctima y no tengo nada de él. Supuestamente esta persona estaba maniatada boca abajo en el sillón del living, pero como estaba oscuro y yo no soy de mirar tanto en casa ajena, yo no presté atención y seguí con mi servicio. Si yo le hubiera visto a ese hombre, aunque sea los pies, yo lo habría ayudado«, dijo.
El CELS advierte en un comunicado: «La construcción judicial de la imputación asocia la vida pública de las personas travestis y trans, y particularmente aquellas que ejercen el trabajo sexual, con un comportamiento delictivo. Las consecuencias del accionar deficiente de la justicia concluyen, al menos, en tres direcciones, personas inocentes terminan encarceladas, las víctimas de delitos no obtienen justicia y los responsables terminan impunes.
Es necesario que la justicia comience advertir a tiempo estos errores. Luz tiene derecho a continuar su proyecto de vida de forma digna, como lo venía haciendo hasta que el Poder Judicial irrumpió de forma injusta y discriminatoria.»
Fuente: Telam / CELS