La nueva fórmula de movilidad previsional comparte la esencia de la que se sancionó en 2008 a través de la Ley 26.417, cuya capacidad para mejorar los haberes de los jubilados está probada. Dicha fórmula otorgó 18 aumentos semestrales entre 2009 y 2017 permitiendo que las jubilaciones crecieran un 25,8% en términos reales y que en 6 de esos 9 años los haberes le ganaran a la inflación.
El gobierno de Cambiemos decidió reemplazar esa fórmula, que había incrementado el poder de compra de millones de jubilados y jubiladas, por otra fórmula que incorporaba la variación de los precios. Como resultado de la aplicación de dicha fórmula, los haberes jubilatorios perdieron 19,5% frente a la inflación durante 2018 y 2019, los dos años en que aplicó.
El gobierno de Alberto Fernández suspendió la última fórmula, y otorgó por decreto un aumento mixto en marzo (suma fija de $1.500 y un 2,3% sobre el haber de febrero), otro en junio (6,12%) y el último en septiembre (7,5%).
Observatorio de Políticas Públicas UNDAV
La Fórmula de Movilidad tiene una implicancia muy importante en el presupuesto nacional. El 51,6% del presupuesto nacional ejecutado en el 2020 estuvo destinado a la Seguridad Social.
El 18 de noviembre de 2020, la Directora Ejecutiva de la ANSES, Fernanda Raverta, en conjunto con el Jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, anunciaron que en diciembre se incrementarán los haberes un 5%. Con este anuncio se acumula un aumento de las jubilaciones, pensiones y asignaciones atadas a la movilidad, del 35,3% durante el 2020 para más del 75% de las y los jubilados y pensionados, y más del 80% si incluimos a quienes perciben asignaciones. Este aumento les permitirá superar a la inflación en 1 punto porcentual, en un contexto particularmente hostil para la economía nacional e internacional.
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Incluyendo los bonos, un jubilado que percibe un haber mínimo, durante el 2020, recibió $7.279 más que si sus haberes se hubieran actualizado por la fórmula suspendida. En esta evolución se incluyen los Bonos Extraordinarios de $5.000 en diciembre 2019 y enero 2020, el Bono de $3.000 en abril 2020, los aguinaldos pagados en los meses de junio y diciembre, y los cuatro aumentos por decreto otorgados por el gobierno de Alberto Fernández.
Hay que considerar otros aspectos que mejoraron sustancialmente la situación de las jubiladas y los jubilados. En este punto hay que considerar cuatro cuestiones:
- Los bonos otorgados en diciembre 2019, enero y abril 2020.
- El Vademécum aplicado por PAMI en el cual se incluyó la gratuidad de más de 170 medicamentos.
- El congelamiento de tarifas que impacta de manera directa en los gastos de las y los beneficiarios (sobre todo considerando el aislamiento).
- La prórroga durante todo 2020 del pago de las cuotas de los créditos ANSES.
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La cuestión en torno a incluir o no a la inflación en la fórmula de movilidad ha ocupado el centro de las críticas a la nueva fórmula propuesta. Como se mencionó anteriormente y quedó evidenciado con la aplicación de la fórmula de 2017, considerar a la inflación para actualizar los haberes lo único que puede lograr en el largo plazo y bajo determinadas condiciones, es mantener estable el poder de compra de los mismos. Incluir la variación de precios de ninguna manera puede mejorar el poder adquisitivo de las jubilaciones. Incluso se ha demostrado que la fórmula que ponderaba en un 70% a la variación del IPC generó una pérdida real de más de 19 puntos de los haberes jubilatorios.
El nuevo Gobierno Nacional entendió la necesidad de recomponer los ingresos de los sectores que fueron más castigados y postergados por el neoliberalismo. En ese sentido, se impulsa una nueva fórmula de movilidad que incluye a la recaudación tributaria como variable esencial para poder hacer partícipes a los jubilados y jubiladas del crecimiento económico del país.
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Fuente: Observatorio de Políticas Públicas UNDAV