La lluvia como un presagio vino a vestir este día que quedará para siempre en la historia de nuestros cuerpos y de nuestro pueblo. Una bandera se sostiene en las rejas de la Casa Rosada: «Zarpado en argentino» . Un pibe retiene su foto contra las rejas con la ferviente necesidad de no dejarlo caer. Un abrazo y millones de lágrimas que alrededor de todo el mundo no lavan la huella que nos dejó el máximo ídolo popular: Diego Armando Maradona.
Escribimos a sabiendas de las cientos de contradicciones que El Diego representa. No hay movimiento popular que no las tenga y eso es Maradona: un movimiento popular que no supo de fronteras.Escribimos a sabiendas de que mis palabras no alcanzan a cubrir el dolor que sienten pares de este medio de comunicación popular, de este medio que cree en las gestas que se dan en la calle, que está en la misma vereda de los que nos sentimos parte del pueblo, de todos y todas los que latimos al ritmo del corazón conurbano, de quienes levantamos las mismas banderas de la justicia social que levantó Diego.
Los miles de colores de todas las camisetas se acumulan en el Obelisco para llorar su paso a la inmortalidad. Su nombre se hace eco entre los pasillos de todas las villas y se mezcla entre el barro de todos los potreros. Diego será todos los pibes y pibas que entre las calles de tierra sueñan con futuro de gloria. Diego es la olla popular en los barrios, es el laburante. Es la mística futbolera que nos caracteriza, es la picardía, el bailecito y la gambeta. Lo más imperfecto, humano y real que nuestra patria pudo haber parido.
Había un Diego para cada generación, uno para cada cultura y otro para cada uno de nosotros. Para los grandes el estandarte y símbolo de un equipo de luchadores que llevó la bandera argentina a lo mas alto. Maradona era el que puteaba a un estadio entero de italianos que lo querían ver perder, era el “gordito” del que se burlo Gatti para después felicitarlo, era el que llegó a Barcelona con los rulos rozándole los hombros y las cadenitas tintineando. Era el argentino mas napolitano y el napolitano mas argentino.
Diego Armando Maradona nunca se olvido de su casita de Fiorito, barrio del que nunca se olvidó y al que ayudaba silenciosamente. Maradona se saco fotos con todos, pero siempre dijo que era “peronista hasta los huevos”.
El Diego, Pelusa, D10S, El Capitán, El Barrilete Cósmico es, como ya dijo Galeano, uno de esos fuegos que arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear. El mejor 10 de la historia, el villero, el cabecita negra y el que enfrentó a los poderosos. Diego es la leyenda que el pueblo argentino nunca va a olvidar, porque el pueblo no olvida a quien no lo traiciona, porque un pueblo no olvida a quien lo hizo feliz.