Los restos de Diego Armando Maradona ya se encuentran en el cementerio de Bella Vista. El cortejo fúnebre partió de Casa Rosada antes de lo previsto, tras disturbios por el avance y represión de la policía de la Ciudad sobre hinchas y fanáticos que se acercaron a despedir al astro del argentino.
Durante todo el día miles de personas se acercaron a las inmediaciones de Casa Rosada para darle el último adiós. En principio, la duración del velatorio iba a extenderse dos días. Finalmente, se definió que durara apenas hasta las 16 hs. El sentimiento popular sostenía una fila que alcanzaba hasta la 9 de Julio.
La ceremonia se llevó adelante con naturalidad durante la mañana, pero el desborde y el accionar policial comenzó a dificultar el panorama. Por ello, la familia, junto a Casa Rosada, determinó retirar los restos del hall central y agilizar el traslado al cementerio Jardín Bella Vista, lugar donde se encuentran Doña «Tota» y Don Diego.
Finalmente, el cortejo cambió el recorrido original para evitar la aglomeración de gente que se encontraba en la puerta. Subió por Paseo Colón hasta la Autopista 25 de Mayo. Después, Perito Moreno, Acceso Oeste, Camino del Buen Ayre hasta el Cementerio Jardín de Bella Vista. El camino fue emocionante, popular como le hubiera gustado al Diego.
El auto que llevaba a Maradona estuvo rodeado de policías todo el trayecto. Sin embargo, a lo largo del camino, vecinos y vecinas se acercaron a despedirlo. Cantando y llorando, con aplausos y emoción. Despedir al Diego conmocionó al mundo entero.
«Maradona no murió porque vive en el recuerdo de todos nosotros», se escuchó decir al pasar.
Un adiós que reflejó el amor del pueblo por un astro argentino, un referente. Un adiós que se siente con sabor a poc porque nada parece suficiente.