Ante la irrupción de la pandemia, el Gobierno Nacional decidió proteger a los sectores más vulnerables sosteniendo los ingresos de desocupados, trabajadores informales y monotributistas, entre otros. Pero también protegió los puestos de trabajo y a las empresas del sector privado más afectadas. Estas políticas sirvieron para morigerar el impacto de la crisis sobre el entramado productivo y posibilitaron una rápida recuperación de la actividad económica.
Para contextualizar los datos se realizó una comparación regional donde se verificó que la industria manufacturera en Argentina fue la que más rápido se recuperó del impacto de la pandemia (+4,5%; nov-20 / nov-19). Por su parte, en Brasil, en el mismo período, la industria creció un 4%, mientras que en Chile y Uruguay cayó 0,7% y 1,4%, respectivamente. En Colombia, el sector manufacturero cayó 2,7% entre octubre 2020 y octubre 2019 (último dato disponible) y en Perú cayó un 4,2% entre noviembres.
Observatorio de Políticas Públicas UNDAV
La producción industrial en Argentina ha sido la que ha experimentado una mayor recuperación entre mayo y noviembre. La industria manufacturera argentina se recuperó un 46,7% en el acumulado, mientras que en Brasil lo hizo un 40,7% en el mismo período, en Uruguay un 34% y en Chile, tan sólo un 1,6%. Además, el rebote que experimentó el sector industrial en Argentina fue el más veloz: el mayor incremento mensual se dio en junio cuando el IPI manufacturero se incrementó un 24,2%. Por su parte, Uruguay y Brasil también experimentaron recuperaciones importantes en junio, pero fueron del 10,6% y del 9,6% respectivamente.
El análisis de la apertura del IPI manufacturero refleja que 2 de cada 3 rubros industriales produjeron en noviembre 2020 más que en noviembre de 2019. La utilización de la capacidad instalada en la industria manufacturera alcanzó el 63,3% en noviembre y registró su valor máximo en 25 meses. Por su parte, la industria automotriz duplicó su producción en diciembre de 2020 con respecto a diciembre de 2019. En el último cuatrimestre del 2020, los patentamientos de motos superaron a los del mismo período de 2019 en un 33%.
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Un punto en común que tuvieron casi todas las administraciones del mundo fue el impulso de políticas de emergencia orientadas a sostener los ingresos de los sectores más afectados por la fuerte disminución y hasta el cese de determinadas actividades. En general, estas políticas se materializaron en transferencias monetarias directas a las familias según criterios establecidos cuidadosamente y fueron mayormente focalizadas hacia sectores de ingresos bajos o con modalidades de trabajo precarias.
Otra cuestión central a la hora de caracterizar las diferentes posturas que tomaron los países para hacer frente a la emergencia sanitaria tiene que ver con las políticas orientadas para asistir al mercado de trabajo formal, ya sea a las empresas y/o a los trabajadores y trabajadoras. Por un lado, algunos países optaron por flexibilizar sus mercados de trabajo y fortalecer sus seguros contra el desempleo. Por otra parte, en otros países, como Argentina, se priorizó mantener la estructura productiva y proteger los puestos de trabajo. Estos objetivos fueron canalizados, principalmente, por tres políticas: la prohibición de despidos, la doble indemnización y el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP).
En conjunto, esas tres medidas permitieron reducir el impacto negativo de la pandemia en materia de empleo y fueron un importante sostén de la oferta de bienes y servicios. La hipótesis principal que atraviesa a todo este trabajo es que estas políticas de protección del empleo y del entramado productivo posibilitaron encausar rápidamente a la economía argentina sobre un sendero de recuperación.
La utilización de la capacidad instalada es otro indicador que da cuenta de la performance de la industria, ya que mide la proporción utilizada, en términos porcentuales, de la capacidad productiva del sector industrial manufacturero en el país. A noviembre del 2020, la utilización de la capacidad instalada de la industria manufacturera se ubicaba en 63,3%. Este porcentaje es el valor máximo que toma la serie, desde noviembre de 2018, es decir, que la proporción de recursos productivos en funcionamiento en el sector se encuentra en los niveles máximos de los últimos 25 meses.
Con respecto a noviembre de 2019, la proporción utilizada de la capacidad productiva se incrementó en 2,6 puntos porcentuales. Adicionalmente, entre las industrias que más incrementaron el uso de sus recursos productivos disponibles se destacan la producción de minerales no metálicos (+9 p.p), la industria automotriz (+8,2 p.p), la metalmecánica, excluida la automotriz (+7,6 p.p) y la producción de alimentos y bebidas (+5,6 p.p).
Por otra parte, la serie original del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC), que elabora el INDEC, se encuentra en niveles superiores al 2019. En noviembre de 2020, por primera vez en 27 meses, el Indicador que sintetiza el desempeño de la construcción tuvo una variación interanual positiva. La actividad de la construcción reflejó un incremento interanual del 6,2% en su serie original en noviembre, ubicándose por encima de los niveles pre-pandémicos. La construcción será una rama clave en la recuperación económica del país y ya está reflejando indicios de mayor dinamismo que el año 2019.
Analizando la evolución a mediano/largo plazo de este indicador, puede observarse que la crisis del período 2016- 2019 generó un profundo deterioro de la actividad industrial en Argentina: el mismo indicador registró en noviembre de 2018 una caída interanual del 14% y en noviembre del 2019 del 4,3%. En base a los datos de noviembre de cada año, se puede concluir que para el sector industrial argentino resultó más ruinoso el período 2016-2019 que el 2020.
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Fuente: Observatorio de Políticas Públicas UNDAV