Los gobiernos de Polonia y Honduras promulgaron esta semana medidas respecto de su legislación contra el aborto. Miles de personas se volcaran a las calles a mostrar su descontento frente al avasallamiento de los derechos de las mujeres.
La situación de Honduras
Este martes el Congreso de Honduras aprobó un enmienda constitucional que busca impedir tanto la legalización del aborto como el matrimonio igualitario. La misma establece un incremento del número de votos necesarios en el Congreso para reformar la legislación.
La Constitución hondureña prohíbe tanto el aborto como el matrimonio igualitario. Para modificar esto es necesaria una reforma constitucional. La misma necesitaba dos tercios de los 128 diputados del congreso unicameral. Con esta nueva situación legal se necesitará el voto de tres cuartas partes de los congresistas para aprobar los cambios.
La reforma se aprobó con 88 votos a favor, 28 en contra y siete abstenciones. Para que la medida entre en vigencia, deberá ser ratificada por al menos 86 congresistas.
Más de 80 organizaciones tanto hondureñas como internacionales expresaron su rechazo absoluto a la aprobación de este decreto. Las entidades expresaron que Honduras es un país firmante de varios tratados internacionales en materia de derechos humanos, lo que obliga al Estado a garantizar su protección y garantía.
Polonia: reforma y movilizaciones
Este miércoles el Alto Tribunal de Polonia publicó los fundamentos políticos de la reforma que el Tribunal Constitucional realizó en octubre contra la interrupción voluntaria del embarazo.
La misma prohíbe el aborto salvo en caso de violación, incesto, o cuando la mujer o cuerpo gestante se encuentre en riesgo de muerte. De esta forma la normativa se vuelve aún más restrictiva.
Esta medida provocó la movilización de decenas de personas a la sede del Tribunal Constitucional polaco ubicado en la capital, Varsovia.
Marta Lempart, líder de Huelga de Mujeres, planteó en el marco de la movilización que «la prohibición del aborto no significa que no haya aborto. Hace que los abortos sólo estén permitidos para los ricos».
Así, mientras que Chile y Argentina avanzan en la implementación de este derecho tan necesario, hay quienes plantean un fuerte retroceso. Será necesario seguir luchando hasta que en ningún rincón del mundo sigan muriendo mujeres y cuerpos gestantes víctimas de abortos clandestinos.
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