El caso de Santiago Moreno Charpentier , más conocido como Chano, no es algo aislado y eventual. Lo que nos sirve para visualizar el exceso de la fuerza de la policía, una vez más en situaciones de vulnerabilidad. Asimismo, y espero, nos abre la posibilidad de poder empezar a hablar sobre Salud Mental sin tabúes y sin prejuicios.
En nuestro territorio existe una ley de salud mental, la Ley 26.657. La misma tiene por objetivo asegurar el derecho de la protección de la salud mental de todas las personas y el pleno goce de los derechos humanos de las personas con padecimiento mental.
Realizando un recorrido por la misma podemos observar que la ley prohíbe que se haga público el estado de un/a consultante, garantiza el abordaje con un equipo interdisciplinario, en caso de ser necesario una internación podrá realizarse de manera voluntaria e involuntaria, esta última deberá ser firmada por al menos dos profesionales de la salud. Y por sobre todas las cosas la ley garantiza la protección de los derechos de las personas, por lo cual la policía nunca debe usar armas de fuego para intervenir en una situación como esta.
Cuando pensamos el rol de la policía lo asociamos a la prevención de los delitos, sin embargo en la vida cotidiana se encuentran un poco alejado de ese rol o mejor dicho lxs policías también intervienen en muchos contextos que no están relacionados con los delitos. Por lo cual me parece interesante e indispensable que la policía tenga las herramientas para poder distinguir entre un delincuente y un sujeto descompensado que no está siendo consciente de la criminalidad de sus actos. Ahora bien, es más que evidente que desarmar prejuicios, modalidades de acción arraigadas desde hace años y aprehender nuevas estrategias de abordaje también demanda mucho tiempo, sin embargo el Ministerio de Seguridad de la Nación tiene vigente desde 2013 un protocolo para estas situaciones.
«Las fuerzas de seguridad que tomasen contacto con una situación de riesgo cierto e inminente para la perdona o terceros por presunto padeciendo mental deberan intervenir procurando evitar daños, dando parte inmediatamente y colaborando con el sistema de emergencia sanitaria que corresponde». Resolución 506/13 del Ministerio de Seguridad
La reglamentación del art. 20 de la Ley Nacional de Salud Mental (Decreto 603/13) prevé el marco de actuación policial en crisis por salud mental. Por su parte, la Resolución 506/13 del Ministerio de Seguridad de Nación (sí, del 2013) estableció un protocolo. «Las fuerzas de seguridad que tomasen contacto con una situación de riesgo cierto e inminente para la perdona o terceros por presunto padeciendo mental deberan intervenir procurando evitar daños, dando parte inmediatamente y colaborando con el sistema de emergencia sanitaria que corresponde», indica.
Entonces ¿Qué se pone a la luz? ¿El tabú de la salud mental o el punitivismo gosozo y criminalización ante un brote psicótico o ante consumos problemáticos? ¿Las fuerzas de seguridad están preparadas para abordar situaciones de salud mental? ¿Es la policía quien debe acudir ante una crisis de salud mental? Y como siempre… los medios hegemónicos, ¿Qué función cumplen?
¿Qué se pone a la luz? ¿El tabú de la salud mental o el punitivismo gosozo y criminalización ante un brote psicótico o ante consumos problemáticos?
Para derribar, o intentar derribar prejuicios lo que hace falta es la información, para hablar de salud mental y consumo hay que informarse. Coloquialmente escucho que dicen en los medios hegemónicos que a tal le dio un brote psicótico, tal tuvo una descompensación por consumo y broto. Sin ponerme en detallista y a grandes rasgos podemos hablar de brote psicótico como una ruptura de la realidad en forma temporal. No todo exceso de consumo conduce a un brote psicótico ni todo brote psicótico es agresivo. Hablar desconociendo las particularidades de cada situación y sujeto es patologizante y violento.
Chano como muchos/as personas necesita ,y necesitaba en ese momento, la asistencia de profesionales. Hablarlo hace visible lo poco sabemos sobre la salud mental y la frivolidad con la que se aborda en los medios. Además, nos sirve para recordar que para garantizar la seguridad y los derechos de todas las personas, el derecho a la salud mental no puede ni debe ser la excepción.