Elisa Molina tiene 37 años. Desde el 14 de febrero de 2020 está detenida y acusada de homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa. Se la acusa de atentar contra la vida de su ex pareja en un contexto donde ella se defendió y defendió a sus hijxs.
Elisa durante 10 años vivió violencia física y simbólica de su pareja y padre de sus dos hijas menores de 5 y 12 años. Hasta que un día respondió a esa violencia y arrojó una botella de combustible. Tras el hecho, permaneció presa en la cárcel de Ezeiza durante dos meses. En abril aprobaron la prisión domiciliaria y, desde entonces, permanece en su casa en La Boca.
Lleva un año y medio sin la posibilidad de trabajar, pero a cargo de sus hijxs. Por tres de ellos, recibe la Asignación Universal por Hijo, lo que sirve de sostén. Asimismo, redes de organizaciones feministas y gente del barrio se organizan y colaboran con su situación.
La situación de su ex pareja es distinta. Continuó con su vida y armó una nueva familia. Por las hijas en común, nunca realizó ni un solo aporte, e incluso, se quedó con cosas de ella.
Según confirman en Cosecha Roja, Elisa llamó a la policía por el acoso permanente que sufría por su parte. E incluso, debió cambiar el número de teléfono en una oportunidad.
Para las tareas de cuidado, como llevar a sus hijas a la escuela, debe pedir una autorización judicial. Sin embargo, sus amistades y familiares se volvieron un sostén y una colaboración permanente.
El juicio
A cargo de su caso está el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 18 de la Ciudad de Buenos Aires. El juicio se llevará adelante el próximo 11 y 12 de agosto. De ser declarada culpable, la condena podría alcanzar los 20 años de prisión.
En caso de que eso suceda, sus hijas deberán quedar a cargo de su ex, el hombre que no aportó en todo este tiempo la manutención y que las violentó durante una década.
En diálogo con Cosecha Roja, los abogados defensores de Elisa señalaron: “La circunstancia demuestra que las pruebas en la causa son endebles y la mirada parcial de la justicia en primera instancia, desde donde la causa acumula irregularidades que debieron anular el proceso”.
Paolo Zaniratto y Jonathan Cano agregaron: “el hecho de que hoy Elisa Molina se encuentre detenida, da cuenta de la injusticia que se está cometiendo con una persona no sólo inocente, sino víctima”.
Fuente: Cosecha Roja