Se cumplen 45 años del debut de Diego Armando Maradona en el fútbol de Primera División. Fue un miércoles 20 de octubre en Argentinos Juniors. Su primera vez contra Talleres de Córdoba en La Paternal. Con la 16 en su espalda llegó para quedarse.
Maradona venía de varias pruebas, varios entrenamientos en el equipo de Primera. Según contó el 10, jugaba con el equipo titular del Bicho, lo que no garantizó que arranque desde el inicio. Alguna vez Diego recordó: «En la práctica del martes se me acercó el DT y me dijo: ‘mire que mañana va a ir al banco de Primera’. No me salían las palabras». Y continuó: «Dije: ‘¿Qué? ¿Cómo?’. Y él me repitió: ‘sí, va a ir al banco de Primera, prepárese bien que va a entrar'».
A la emoción de llegar la acompañó una corrida para que sus padres sepan sobre aquella gran noticia. «De ahí mismo me fui corriendo con el corazón en la boca a contarme a mi viejo, a mi vieja. Y, claro, le conté a la Tota y a los dos segundos lo sabía todo Fiorito».
El puntapié que cambió la historia
Llegó el miércoles y Maradona lo recuerda por el debut, el calor y un pantalón de corderoy. «Nosotros éramos tan pobres que el partido con Talleres se jugaba a las 3 ó 4 de la tarde, un sol de la puta madre, que te rompía. Yo el único pantalón que tenía era el de corderoy«.
«¿Qué me importaba a mí el calor si yo tenía el corazón que me latía de una manera increíble?», señaló con una ternura que doblegó a más de un futbolero.
Su relato siguió con el viaje que lo encontró con el resto del equipo. «Me fui en el tren. Tomé el 44, el 135, Boyacá y Jonte, y ahí nos encontramos con los jugadores de Argentinos. Me miraban con el pantalón de corderoy y decían ‘este se equivocó de placard’. ¿Qué placard si no teníamos ni placard?», recordó. Sin embargo, «cuando entramos al vestuario sentí que tocaba el cielo con las manos porque entre los 16 estaba yo, con el número 16″.
El ingreso, un caño y el recuerdo
En aquellos tiempo el público visitante podía decir presente. Talleres peleaba el torneo y fue a La Paternal a buscar sus tres puntos. A los 27 del primer tiempo se puso 1-0 con gol de Luis Dueña. El tanto no gustó y el técnico definió cambiar a quien perdió la marca del gol.
Montes llamó a Diego para que entre en lugar de Rubén Giacobetti. Y entró con 16 años, sin titubeos y con hambre de gloria. Según dicen, el técnico le pidió que no intente meter un caño, pero el Pelusa fue y se lo hizo a Juan «Chacho» Cabrera.
Varios jugadores de la T señalaron que no sabían que aquel jovencito era un habilidoso.
Sobre el lujo el Diego señaló: “No fue la primera. La primera me acuerdo que hice un pique y no llegué. A la tercera se comió el caño. Cuando me dieron la pelota y le hice así: pac, tac, caño».
Del caño no hay video, pero permanece en el recuerdo, en la memoria colectiva. Todos, todas (ty todes) lo recordamos, pero pocos pudieron ver.
A 45 años, recordamos su debut y lo recordamos a él, que tanto fútbol nos dio.