La cantante uruguaya, Natalia Oreiro, comenzó a tramitar la nacionalidad en Rusia el año pasado. Durante el 2020 señaló: “me falta que Putin me dé el pasaporte, no existe extranjera más rusa que yo”.
Más allá de las bromas, ella aclaró que su intención no irse a vivir a Rusia, sino una forma de agradecerle al país todo el amor que le brindaron a lo largo de todos estos años. Lo mismo hizo ella, aprendiendo el idioma, haciendo sus posteos en español y en ruso y aprendiendo cosas de su cultura. Sin embargo, faltaba algo más.
En las últimas horas, Vladimir Putín confirmó, a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, que le otorgarían la ciudadanía rusa tanto a ella como a su hijo.
Cómo nació el amor
El vínculo nace en los 90, cuando llegó a Rusia «Muñeca Brava», novela que protagonizaba Oreiro. No fue hasta 2001 que viajó por primera vez. En ese entonces, durante dos años, brindó 30 conciertos con un promedio de 12 mil espectadores en cada uno.
Posteriormente vivió en Moscú, donde aprendió sobre la cultura rusa y el idioma. Hasta entonces no se sabía qué tipo de reconocimiento tenía en el país. En 2014 recorrió 16 ciudad y grabó el documental «Nasha Natasha», un film que se encuentra publicado en Netflix.
Sin embargo, en 2017 una encuesta de ESPN determinó que era la «figura argentina» más reconocida, incluso sobre Lionel Messi.