Cuando pensábamos que los casos de gatillo fácil habían disminuido en Buenos Aires, la policía de la Ciudad baleó a un adolescente en el barrio de Barracas. El joven de tan solo 17 años, recibió una bala en la cabeza de uno de los policías que lo interceptó mientras se trasladaba con tres amigos en auto.
Según el parte médico que difundió el Hospital General de Agudos José María Penna, el paciente ingresó con un “deterioro neurológico agudo secundario a herida” y permanece en «estado crítico». Asimismo, detalló que el joven está «recibiendo soporte artificial de funciones vitales» y «permanece mecánicamente ventilado con apoyo hemodinámico y medidas de soporte vital».
Cintia, la madre del joven herido, denunció gatillo fácil: «Lucas está muy mal. Su estado es irreversible. Los amigos dicen que los interceptó un auto y los apuntaron. Ellos pensaron que querían robarles, aceleraron y ahí les empezaron a disparar».
Lucas González tiene 17 años y está peleando por su vida. Ayer, integrantes de la Policía de la Ciudad le dispararon en la cabeza. pic.twitter.com/d63kxQKff1
— CELS (@CELS_Argentina) November 18, 2021
Finalmente, el joven de 17 años murió en horas de la tarde, producto de la herida que le causó la bala en la cabeza.
El hecho
El lamentable hecho ocurrió este miércoles, alrededor de las 9.30, cuando Lucas y los amigos se detuvieron en un Volkswagen Suran sobre la calle Luzuriaga para comprar en un kiosco. En el lugar, efectivos policiales de la Comisaría Vecinal 4C los interceptaron porque «creyeron» que iban a cometer un robo.
Lucas, futbolista de Barracas, fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante. Dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó de la escena, aunque más tarde se presentó una comisaria de la zona con su madre y quedó detenido.
Ante esta situación, el Juzgado de Menores 4 separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina. El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermo-test para determinar cuál de ellos efectuó disparos.
En tanto, desde la Coordinadora contra la Represión Policial Institucional, CORREPI, denunciaron que se trata de un nuevo caso de gatillo fácil. «Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unxs chicxs que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna. No es un confuso episodio, es gatillo fácil», publicó el organismo.
Otra vez la misma historia.
La policía de la Ciudad disparó contra unxs chicxs que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna.
NO ES UN CONFUSO EPISODIO, ES GATILLO FÁCILhttps://t.co/KvbKmMIriT— CORREPI (@CORREPI) November 18, 2021
Gatillo Fácil
Hechos como estos no nos sorprenden ya que el accionar violento e impulsivo de las fuerzas suele ser moneda corriente. Tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la provincia de Buenos Aires, la fuerza policial acciona bajo la portación de rostro. Un efectivo de la fuerza no puede dispararle a un pibe, por «creer» que iba a robar un kiosco.
Debemos dejar de naturalizar hechos lamentables como este. Según datos de CORREPI, el gatillo fácil provoca una muerte cada 20 horas.
El gobierno nacional debe tomar medidas para que, quienes porten un arma de fuego, dejen de perseguir, torturar y matar arbitrariamente.