A medida que se acentúa el calentamiento global en el planeta, sus efectos se vuelven más perceptibles. Los científicos pronostican cambios drásticos en lluvias y nieve, inundaciones cada vez más prolongadas y periodos largos de sequías.
Sobre esta última vamos a hablar. La mayor parte del país, especialmente la zona núcleo de la Argentina, sufre grandes sequías que preocupan cada vez más a los productores de soja y de maíz. Lo que, a su vez, desencadena conflictos en exportaciones y bajas de ingresos económicos.
Pero para entender cómo puede terminar afectando a nuestra economía, hay que empezar por identificar qué es y qué las produce.
¿Qué es la sequía y cuáles son las principales causas?
La sequía es un período prolongado en el que una región no recibe suficiente agua como para abastecer las necesidades de las plantas y animales que habitan en esa zona, incluyéndonos a nosotros, los humanos.
El período de tiempo es relativo. En un desierto se considera sequía a una ausencia de lluvia durante más de 7 años, mientras que en puntos de nuestro país solo hacen falta dos meses para considerarla.
Hay varios tipos de sequías, pero las que más nos importan en nuestra región son tres. Por un lado, está la sequía meteorológica que se deba a la ausencia de lluvia por un período determinado. Por otro lado, esta la sequía agrícola que puede ser tanto por escasez de precipitaciones como por una actividad agrícola mal planificada.
Y por último está la sequía hidrológica, que se produce cuando las reservas de agua de la zona están por debajo de la media y se puede deber a falta de lluvias o a la inadecuada actividad humana.
Entre las principales causas de este fenómeno las actividades humanas como la sobreexplotación de tierras agrícolas, el riego excesivo o la deforestación. Estas actividades fomentan la erosión y afectan negativamente a la capacidad del suelo para almacenar y retener el agua. Lo que finalmente desencadena sequías a nivel local
Además, la utilización de productos tóxicos como el amoníaco en agricultura, aumenta el riesgo de desertización.
Consecuencias de la sequía
Como sabemos el agua es imprescindible para la vida tanto del planeta como para el ser humano. Por lo tanto las consecuencias son sumamente negativas, incluso devastadoras.
La migración de especies de animales, daños en el hábitat, perdidas de biodiversidad, posibles tormentas de polvo, desertificación y hasta menor oferta de alimentos en el mercado, con una sobrecarga elevada de precios.
Divulgan imágenes de yararás, culebras, ranas, lagartos overos, avispas y caracoles muertos sobre una flora calcinada en esta isla frente a Paraná. Denuncian “quemas para fines extractivistas, fuego extendido por la extrema sequía, incendios intencionales y ‘accidentales’”. pic.twitter.com/Q0DzjKTasy
— Valeria Fgl (@valeriafgl) January 24, 2022
En Argentina
En 2018, Argentina registró la mayor sequía en los últimos 50 años. Se calcula que casi 30 millones de toneladas de soja y maíz se resignaron. En el ámbito económico se perdieron ocho mil millones de dólares, de exportaciones, lo que representó cerca del 14% del total exportado durante ese año.
Si bien el contexto actual no es tan desfavorecedor, varios economistas temen que la situación climática empeore y tengamos que volver a encontrarnos en la misma situación critica mencionada.
La falta de lluvia y las elevadas temperaturas que se están registrando tienen un fuerte impacto en la actividad agrícola de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y una buena parte de Entre Ríos.
Corrientes, por ejemplo, tiene un promedio de entre 800 y 1.000 milímetros de lluvias anuales. Pero durante el año pasado el promedio anual fue de 200 y en los próximos días el pronóstico indica que podrían precipitarse entre cinco y 10 milímetros en algunas regiones y es prácticamente nada.
Además productores de Misiones y Santiago del Estero advirtieron sobre la situación crítica que están atravesando, no solo por la afectación a la agricultura, sino también la ganadería y las economías de la región.
Campo en Ibarreta, en el centro oeste de Formosa, en 2019 y en 2021, arrasado por la sequía. pic.twitter.com/LFSWqcjNHJ
— Juan Pablo Mansilla (@juanpmansilla) January 19, 2022
Respecto a la ganadería, hay que destacar que si hay sequías, habrá escasez de alimento y agua. Esto desencadena una serie de problemáticas en las preñeces, por lo tanto en las pariciones que se esperan a fin de año. ¿En que termina esto?, en menor oferta, mayor demanda y precios inaccesibles para el argentino promedio.
¿Qué se puede hacer para solucionar la sequía?
La construcción de presas y embalses para almacenar agua y liberarla cuando haga falta puede ayudar. Además es sumamente importante que estos fenómenos sean monitoreados para tenerlos como referencia al momento de estudiar el uso de agua.
Otra medida posible es la rotación de cultivos o durante períodos más secos cultivar productos de menor demanda de agua. Así también es importante captar agua de la lluvia y la reutilización de aguas recicladas o residuales.