El CEO de Tesla y SpaceX, Elon Musk, ofreció comprar el 100% del paquete accionario para «garantizar la libertad de expresión». En una conferencia TED realizada en Vancouver explicó los motivos de su interés en Twitter.
“Una fuerte intuición me dice que tener una plataforma pública en la que la mayoría confía y que es muy incluyente es extremadamente importante para el futuro de la civilización«, señaló. Y explicó que no se trata de «un asunto económico».
“Twitter se ha convertido en una especie de plaza pública de facto, así que es realmente importante que la gente tenga la realidad y la percepción de que son capaces de hablar libremente dentro de los límites de la ley”, dijo.
“Esta no es una forma de ganar dinero, mi fuerte sentido intuitivo es que tener una plataforma pública que sea de máxima confianza y ampliamente inclusiva es extremadamente importante para el futuro de la civilización, no me importa la economía en absoluto”, agregó.
El empresario tiene 50 años y es el más rico del mundo con una fortuna superior los 260.000 millones de dólares de acuerdo a Bloomberg. Con esa base, ofreció comprar la compañía por 43.400 millones de dólares. Sin embargo, es consciente que será bastante difícil que se acepte tal ofrecimiento.
Frente a la posibilidad del rechazo, Musk conversó con el príncipe saudí Alwaleed Bin Talal, uno de los accionarios de Twitter. No sólo es dueño del 5%, sino que su postura y política es bastante cercana a la de Musk, respecto al confrontamiento y posición política. El príncipe saudí le explicó que la oferta no se acercaba “al valor intrínseco dadas las proyecciones de crecimiento”.
Cómo hará Twitter para resistir a la oferta
Por su parte, Twitter Inc. anunció cuál será la estrategia que adoptarán. La plataforma adoptó un “plan de derechos de los accionistas de duración limitada” para protegerse de la oferta del hombre más rico del mundo.
Asimismo, se aplicará una estrategia «poison pill» que permite a los accionistas existentes el derecho a comprar acciones adicionales con un descuento. El objetivo es diluir la participación efectiva de Musk. ¿Por qué esta estrategia? Porque Musk ya tiene un porcentaje de Twitter (9,2%) y es considerado un inversor que tiene como objetivo influir en la conducción de la empresa.
El empresario realizó la oferta el miércoles y el jueves se hizo pública en una presentación regulatoria.
El Directorio estableció un plan de derechos de los acciones. Esto implica que, si alguna de las partes adquiere el 15% de las acciones sin aprobación previa, tendrá la duración de un año. El fin de esta medida es garantizar que nadie tome el control de Twitter acumulando acciones.
“El Plan de Derechos no impide que la Junta se comprometa con las partes o acepte una propuesta de adquisición si la Junta cree que es lo mejor para Twitter y sus accionistas”, dijo la compañía en un comunicado.
La red social es pública y en caso de ser comprada en su totalidad, cambiará a privada. ¿Realmente es necesario para garantizar la libertad de expresión? ¿Qué implica la libertad de expresión para el hombre más rico del país?
Quién es Elon Musk
Elon Musk nació en Sudáfrica y se nacionalizó canadiense y estadounidense. Es cofundador de PayPal, SpaceX, Hyperloop, SolarCity, The Boring Company, Neuralink y OpenAI. Es director general de SpaceX, de Tesla Motors, presidente de SolarCity y copresidente de OpenAI.
El multimillonario participa en tres industrias ligadas a los gobiernos de todo el mundo: coches, viajes al espacio y la energía. Con este CV, querer ser el propietario de Twitter es curioso, e incluso sospechoso.
Tampoco es una posibilidad la negociación. Musk ofrece por el papel de Twitter 54,22 dólares, mientras que el valor es superior y alcanza a los 77 dólares. Como si fuera poco, el magnate señaló que es era su «última oferta».
Es accionista de la red con un 9,2%, convirtiéndose en uno de los principales, aunque no el mayoritario. A ello se sumó que su avasallamiento solo obtuvo un voto entre 12 en el mesa de directorio. Es decir, solo podría acceder hasta un 14,9% de las acciones. Esto le abrió dos caminos: vendía sus acciones o compraba todo Twitter. Y parece que el último es el camino escogido.