Junto a otros civiles, militares y policías retirados, procesaron al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz por perseguir, secuestrar, torturar y abusar de personas travestis y trans durante la última dictadura militar.
La decisión se tomó en el marco de una serie de procesamientos que se dieron en las causas que investigan delitos del terrorismo de Estado en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno, centros clandestinos que funcionaron en el sur del conurbano bonaerense.
Por primera vez en la historia, el ataque sistemático contra el colectivo travesti y trans es considerado dentro del accionar del terrorismo de Estado.
Según escribió el juez Kreplak, en el Pozo de Banfield “se cometieron diversos crímenes que tuvieron por víctimas a personas en razón de su orientación sexual e identidad de género autopercibida al tiempo de los hechos». Sobre este punto destaca que se trata de un tipo de discriminación que no fue considerada en los crímenes de lesa humanidad.
Asimismo, estas resoluciones se encuentran en línea con el trabajo en conjunto de la Fiscalía federal, las querellas que representan a sobrevivientes, familiares de víctimas y al Estado. También se sumó personal del Juzgado de Instrucción Federal 3 de La Plata.
“Incorporamos casos nuevos, sumamos responsabilidades a casos que ya integraban la causa y sumamos a un imputado. La idea es tratar todo esto en el actual debate para no tener que hacer otro más adelante”, explicó a la Agencia de Noticias Télam la auxiliar fiscal que trabajó en los expedientes, Ana Oberlin.
La labor de Oberlin permitió hallar a siete víctimas para que contaran su historia. Secuestros en situación de prostitución, golpes y detenciones en un centro clandestino que funcionó en Banfield.
“Tales crímenes se enmarcan en un contexto de discriminación histórica y estructural»
Señaló el magistrado sobre los delitos cometidos por Etchecolatz
Según el relato de una de ellas, las “tiraron como animales, con hambre, frío, maltrato, corte de pelo, violadas, tratadas malísimamente”. Los maltratos fueron físicos, sexuales y psicológicos. Sometidas a la servidumbre u obligadas a mantener relaciones sexual a cambio de comida o abrigo.
“Tales crímenes no resultan aislados sino que se enmarcan en un contexto de discriminación histórica y estructural», señaló el magistrado. Y los consideró como parte de «las acciones desplegadas durante el terrorismo de Estado”.
Delitos de lesa humanidad contra el colectivo travesti – trans
Hasta el momento solo había un caso de este tipo entre los hechos que se investigaron del Pozo de Banfield. Se trata de Valeria del Mar Ramírez, el único caso de la comunidad trans en integrar un expediente de lesa humanidad. El resto de los casos no cuenta con personas procesadas.
Por las siete víctima recientemente incorporadas, se responsabilizó a Jaime Smart, Miguel Osvaldo Etchecolatz, Jorge Antonio Bergés, Roberto Balmaceda, Alberto Candioti, Carlos María Romero Pavón, Juan Miguel Wolk, Héctor Di Pasquale y Luis Horacio Castillo.
Con diferentes responsabilidades, se consideraron los delitos de secuestros, torturas y los vejámenes de Valeria y las otras siete víctimas.