Cómo se cocina el populismo de derecha

El diputado nacional de Avanza Libertad compartió un video disparando una escopeta, con un texto que advertía "cárcel o bala". Construyendo lo que prometen destruir.

La derecha se ahoga en palabrería. Gritan más fuerte, amenazan continuamente e insultan a cualquier persona que actúe o piense de manera distinta. Toda esa violencia que despotrican la disfrazan, una vez más, de libertad de expresión.

Los discursos de odio no son manifestaciones de libertad de expresión. No apuntan a visibilizar, informar o construir. Apuntan a la destrucción, al odio y la violencia. Apuntan directo a los derechos ganados, que admiten cuestionamientos, pero no actos violentos.

La derecha quiere hacer reaccionar porque sin ello, no son nada. Pasa a nivel general: a Viviana Canosa no la ve nadie. No hace periodismo, no brinda argumentos, ni justifica sus dichos. Sin embargo, la mayoría de las personas que la ven o consumen -irónicamente o no- lo hacen a través de redes sociales o a través de notas que la cuestionan.

Hoy nos subimos para bajarnos en la próxima estación. Creemos que visibilizar los dichos y hechos de estas personas profundizan su avanzada, pero también entendemos la complicidad del silencio. Nos avasallan, redoblamos. Nos insultan, avanzamos.

La derecha representa aquello que nos propusimos no repetir nunca más. No por una cuestión ideológica ni de representación, por algún motivo construyen sentidos y atraviesan generaciones. La preocupación va de la mano de la cercanía que tienen con las juventudes.

Juventudes golpeadas por una realidad que se aleja mucho a lo que les prometieron. Un futuro digno, con trabajo y posibilidades de crecer. Los detuvo la pandemia, los golpeó el mercado del trabajo y los arrolla día a día una inflación que no da tregua. Al desanimo y desesperanza, es fácil prometer algo distinto, algo «mejor».

La política no es mala palabra. Hacer política no es un delito. Construir con herramientas que brinda la política no es demagogia. Tampoco es adoctrinamiento plantear realidades disidentes, identidades diversas y proponer memoria para un futuro mejor.

El adoctrinamiento no es malo solo cuando lo hacen de la vereda del frente. Y es un término muy utilizado por este sinfín de personajes que salieron, ni lentos ni perezosos, a oponerse al aborto, al casamiento igualitario, ¡A una nueva ley contra el VIH!

Espert quiere ser polémico y los minutos que gana en los medios lo acercan al personaje violento que hace reír y da respuesta a todos los problemas de un país. Espert y Milei usan vías distintas, pero el destino es el mismo: populismo de derecha.

No tan distintos a lo que dicen cuestionar, ¿No?

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