La separación de residuos y el compostaje pueden realizarse fácilmente en todas las casas para que aquellos materiales que se descarten vuelvan a tener utilidad. Además, compostar y reciclar ayuda a reducir gran parte de los residuos que las personas generan a diario, de los cuales el 50% son orgánicos.
Varias organizaciones ambientalistas remarcan la importancia de que las personas reflexiones sobre sus hábitos de consumo. Asimismo, sostienen que una solución es contemplar lo que llaman «las tres r». Reducir, reusar y reciclar.
Activistas de Eco House, aseguran que existen en líneas generales dos tipos de medidas que pueden ser incorporadas para preservar y sostener el planeta. Por un lado, las colectivas de gran alcance y por otro, las individuales que re restringen a una cotidianidad intima y privada
Respecto a este último punto, activistas sostienen arduamente que es fundamental la realización de tareas de separación de residuos. Es que, cada vez que llenamos la bolsa de basura, más de la mitad está compuesta por residuos orgánicos.
Quienes deseen comenzar a reciclar, lo podrán hacer de manera muy sencilla. Con solo disponer una bolsa o un tacho separado para arrojar envases y materiales reciclables como plástico, metales, vidrio o cartón limpio es un gran paso.
Organizaciones, militan por una ley nacional que promueva que los fabricantes se responsabilicen financiera o físicamente de aquellos productos una vez agotada su vida útil.
Además, le exigen al Estado que clausure basurales a cielo abierto y proponga un nuevo sistema de recolección diferenciado.
El compostaje
Si pensamos que el 50% de nuestra basura es reciclable, podemos también señalar que un tercio se podría convertir en un compost. Es decir, volver a circular en la cadena de la naturaleza.
Generar el habito de compostar tiene dos grandes beneficios. Por un lado, el producto se transformará en abono para la tierra. Por el otro, permitirá reducir la cantidad de basura que se produce, tanto a nivel micro como macro.
Entre los residuos más habituales que pueden utilizarse para el compost se encuentran las cáscaras y restos de frutas y verduras. Junto con la yerba, el café, los restos de infusiones, la cáscara de huevo y frutos secos, y residuos de jardín como hojas secas, pasto y ramas.
Si bien, incorporar un compost es un gran primer paso, estas actitudes solas no alcanzan. Es fundamental detenernos a reflexionar sobre nuestro consumo y nuestro poder como consumidores.
¿Qué consumimos y de dónde viene? ¿Si compro un producto que viene desde lejos en un transporte que produce gases de efecto invernadero y cuando llega tiene muchos envoltorios que no voy a poder reutilizar, realmente lo necesito?.