El Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de San Nicolás condenó por unanimidad a 15 años de prisión al cura Tulio Matiussi y al portero Anselmo Ojeda por abusos sexuales contra cinco niños de un jardín en San Pedro. Por su parte, la preceptora acusada, María Rubies, fue absuelta por “falta de pruebas”.
Los abusos sucedieron dentro d el establecimiento durante 2017. Las víctimas tenían entre 3 y 5 años y debieron padecerlos tanto de manera individual como colectiva.
En la sala no estuvieron ninguno de los imputados. De manera virtual participaron la preceptora y el portero, mientras que el sacerdote no presenció el fallo. El delito por el que se condenó a los dos hombres es “abuso sexual simple agravado” y, hasta que la sentencia quede firme, podrán gozar de prisión domiciliaria.
Hasta el momento el único que se encontraba cumpliendo prisión domiciliaria fue el sacerdote (46), quien contaba con el agravante de ser «ministro de culto». Por su parte, tanto Ojeda (58) como Rubíes (51), fueron señalados por el fallo como «guardadores». Estos últimos, eran quienes “mantenían contacto con los menores y debían velar por su bienestar y cuidado”.
Abusos en el jardín de infantes
A fines de 2017 una madre notó señales de alarma en su hija de 4 años. Ya concluyendo su primer año en el jardín Belén de San Pedro, la pequeña niña comenzó a actuar de una manera extraña.
La desesperación comenzó una tarde cualquiera de juegos. La nena se acercó a su mamá y le preguntó: “¿Querés que te haga pis en la boca como en el jardín?”. Esta pregunta horrorizó a la madre, quien inmediatamente pidió explicaciones al establecimiento.
Con los días no solo no obtuvo respuestas, sino que además conoció que otros menores de edad padecieron episodios similares.
En la investigación se determinó que cinco menores contaron presuntos abusos dentro del establecimiento. Todos ellos brindaron su testimonio en Cámara Gesell, frente a profesionales que determinaron su veracidad.
El fiscal de la causa, Hernán Granda, aseguró que los “abusos que se realizaban tanto en forma individual o colectiva” dentro del jardín. Además, explicó que ocurrían en “la zona de baños, cocina, patios, SUM y dentro de la Iglesia San Roque, contigua al jardín, donde el cura Tulio Mattiussi oficiaba como sacerdote”.
Los testimonios fueron las principales pruebas de las que se valió la justicia para avanzar en el expediente y llegar a la sentencia.