Silvio Rodríguez: 3 discos para conocer al trovador de sueños

Silvio Rodríguez es sin duda uno de los músicos más importantes de América. Hoy los invitamos a recorrer un poco de su carrera.

Para la historia de hoy empecemos por el principio. Silvio Rodríguez Domínguez nació en San Antonio de los Baños, Cuba, el 29 de noviembre de 1946. Vivió su infancia y adolescencia en la transición del gobierno de Fulgencio Batista y el inicio de la Revolución cubana. Y fue su interés por los ideales revolucionarios los que lo llevaron a colaborar como alfabetizador, dibujante y militar entre otras profesiones.

Foto: Revista Cuba

A finales de los años 60′ Silvio ya venía componiendo canciones con un fuerte éxito. Pero lo que realmente cambió su carrera fue el nacimiento de la «Nueva Trova«, un movimiento creado por artistas donde se encontraban cantautores como Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú y el propio Silvio.

Así fue sumando capítulos a su carrera que comenzó a crecer a pasos agigantados y que lo llevó a tocar en decenas de países llevando sus canciones que le cantan a la revolución, al amor y a la lucha por un mundo mejor.

Con más de cuatro décadas de carrera musical, escribió al menos quinientas sesenta canciones​ y publicó más de 15 discos siendo uno de los cantautores de habla hispana de mayor trascendencia internacional.

Hoy les traemos 3 discos para que se sumerjan de a poco en el universo al que nosotros elegimos llamar «trovador de sueños«. Pero antes de arrancar queremos aclarar que el orden de los discos no responde a un nivel mayor o menor de importancia o calidad, sino al orden cronológico en que fueron publicados. Ahora sí, después de este pequeño paréntesis, comencemos.

Días y flores

El primer disco de Silvio fue editado en 1975 por el estudio cubano EGREM. Dedicado a su hija Violeta Rodríguez, posee una lista de canciones escritas entre los años 1967 y 1974.

Además, cuenta con un sonido más crudo y no tan pulido como los discos que vendrán después. Pero aún así, sus canciones tienen una fuerza excepcional y son de las más recordadas de su carrera.

Fusionando la música tradicional cubana con algunos elementos del jazz, el disco demuestra la capacidad de Silvio de componer y ejecutar armonías complejas y únicas. Además, la política no queda afuera siendo planteados temas como el auge del neoliberalismo en América durante esos años, y los regímenes dictatoriales que asolaron por esos años a esos países.

La lista se compone de: «Como esperando abril», «Playa Girón», «El mayor» (dedicada al patriota cubano Ignacio Agramonte), «La vergüenza», «Sueño con serpientes» y «Pequeña serenata diurna». También contiene «Esta canción», «Yo digo que las estrellas», «En el claro de la Luna», «Santiago de Chile» y «Días y flores».


Al final de este viaje

El segundo álbum de Silvio fue editado en 1978 por el sello Movieplay. Grabado en los estudios madrileños Sonoland, muestra al cantautor acompañado únicamente de su guitarra. El disco incluye canciones compuestas entre los años 1968 y 1970.

La lista está compuesta por: «Canción del elegido» (dedicada a Abel Santamaría, revolucionario cubano asesinado durante el asalto al cuartel Moncada), «La familia, la propiedad privada y el amor», el clásico «Ojalá», «La era está pariendo un corazón» (en homenaje al Che Guevara) y «Resumen de noticias».

El álbum también incluye las canciones «Debo partirme en dos», la reconocida «Óleo de mujer con sombrero», «Aunque no esté de moda», «Qué se puede hacer con el amor» y por último «Al final de este viaje en la vida».


 

Silvio

Silvio es el noveno álbum del cantautor. Editado por la productora EGREM salió a la luz en 1992. El primer disco de la trilogía compuesta por los discos «Silvio», «Rodríguez» y «Domínguez», cuenta con la particularidad de tener canciones donde el único acompañamiento a la voz de Silvio es la guitarra. Así, él retoma la tradición trovadoresca de sus primeros años en la Nueva Trova.

La lista de canciones está compuesta por: «Compañera» «Trova de Edgardo», «La desilusión«, «Y Mariana«, «Abracadabra», «Hombre» (en homenaje al Che Guevara) y «Monólogo». También forman parte del disco temas como «El necio» (dedicada según el propio Silvio a Fidel y e incluso a sí mismo), «La guitarra del Joven soldado», «Quién fuera» «Juego que me regalo un seis de enero» y «Crisis».

Y Silvio sigue cantando, sigue regalándole su música al pueblo. En las plazas, en los teatros, en los barrios, en las universidades y en miles de lugares. A pesar del paso de los años, sigue siendo ese trovador que canta por un mundo mejor.

Cuando canta nos comparte ese sueño, nos contagia la alegría y la esperanza. Porque como dijo él una vez:  «Canto por goce y por conciencia. O sea, que disfruto cantando lo que invento. Incluso a veces me parece que vale la pena que cante a los demás algunas de las cosas que se me ocurren. Pero yo soy un hombre con su visión del mundo, un hombre que ha tomado partido. De lo que resulta que estoy invitando a todos a sumarse a mi bando, que es el bando de la Revolución y la belleza«.

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