La fiebre hemorrágica argentina, conocida como “mal de los rastrojos”, es una enfermedad endémica en el país. Desde que hay una vacuna preventiva, todos los años se informan entre 15 y 50 casos en Buenos Aires, Córdoba y La Pampa.
Pero un documento de la Sociedad Argentina de Infectología generó alerta. En las últimas semanas, se está observando alta circulación del virus, ya que se notificaron 65 casos sospechosos en la Provincia de Buenos Aires, donde además ya se registró un fallecido. En esa línea, la provincia de Santa Fe notificó otros 65.
Se trata de una patología conocida, que está presente en general para esta época del año, desde marzo a octubre, pero puede darse más allá de la época. Lo que preocupa es que estas últimas semanas se está observando un aumento.
Este fenómeno es fundamental darlo a conocer, no solo para que la comunidad este al tanto, sino también para que los médicos diagnostiquen a tiempo. Lo ideal es administrar un tratamiento específico, antes del octavo día, sino la solución podría perder eficiencia.
El problema es que a veces no es tan fácil identificarla rápidamente. La fiebre hemorrágica tiene manifestaciones clínicas similares a la leptospirosis, el hantavirus y, ahora, también el Covid.
Al igual que con otras infecciones, las primeras señales son fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y retroocular, y cansancio.
Según un documento de la Sociedad Argentina de Infectología, la FHA es una enfermedad viral aguda grave, producida por el virus Junín y que se transmite entre roedores.
📌DOCUMENTO – Fiebre hemorrágica argentina: un viejo conocido que sigue vigente.
Accedé al documento completo ingresando al siguiente link👉 https://t.co/dpA8ymxjNm pic.twitter.com/R29cojfS4q
— Sociedad Argentina Infectología (@SADI_arg) June 15, 2022
El reservorio principal es el ratón maicero que vive en ámbitos rurales y domésticos periurbanos. El contagio se produce a partir del contacto directo con secreciones y excretas de estos roedores, que ingresan por las vías respiratorias o heridas en la piel.
El periodo de incubación es de una a dos semanas. Luego del octavo día, el paciente podría desarrollar alteraciones hemorrágicas, renales y neurológicas graves.
El diagnóstico se hace a través de una muestra de sangre del paciente tomada en el momento agudo y a los 60 días del cuadro clínico.
Ante la sospecha, se indica tratamiento con suero hiperinmune o de recuperados, que evita la progresión a formas graves y disminuye la mortalidad al 1%. Sin tratamiento la mortalidad alcanza el 30%.
Los especialistas no saben la causa del aumento que están advirtiendo, sin embargo, es importante destacar que el virus se previene a través de la vacuna. La misma, está disponible en el calendario nacional en forma gratuita para todas las personas mayores de 15 años que viven en la zona endémica o que van a trasladarse allí a trabajar.