El acoso escolar o el bullying es una problemática que atraviesa tanto a niños y niñas, como a adolescentes y personas adultas. Los casos conocidos representan apenas un porción de los hechos que ocurren dentro y fuera del aula.
Recientemente un padre denunció que su hijo quedó hospitalizado con graves heridas tras ser golpeado en el aula. El adolescente de 15 años fue acosado y golpeado seis veces en dos semanas. El hecho ocurrió en la Escuela Industrial N°1 Albert Thomas, de La Plata.
Pero, ¿Qué deberíamos hacer para prevenir este tipo de violencia? ¿De qué maneras se materializan y cómo podemos identificarlo? Para ello, para comprender los contextos y los mecanismos de violencia, conversamos con Paula González, licenciada en Psicología MN 54736 / MP 73346.
¿Cómo afecta el acoso escolar a niños, niñas y adolescentes?
Tenemos que partir de afirmar que sí, el acoso escolar o bullying genera efectos en los niños, niñas y adolescentes y que esos efectos son negativos y múltiples. Además, tengamos en cuenta que produce consecuencias a largo plazo. El dolor de haber sufrido bullying en la infancia o adolescencia se arrastra toda la vida.
“El dolor de haber sufrido bullying en la infancia o adolescencia se arrastra toda la vida”
¿Cómo podemos reconocer signos de acoso escolar?
Una infancia que padece bullying por lo general puede presentar cambios en su comportamiento, ya sean cambios de humor, que pueden ir desde la tristeza hasta estar irritable. También puede verse alterado su ciclo de sueño habitual y su apetito. Pero también el bullying puede vivirse de manera silenciosa, pues no todos pueden trasmitir lo que están sufriendo. En esos casos los niños o adolescentes se verán retraídos o tímidos. Es importante que en las familias y en las escuelas se propicie el diálogo y se ofrezca la posibilidad de hablar sobre sus emociones.
¿De qué manera deben actuar padres, madres o tutores?
Primero es importante que los padres estén atentos a los cambios comportamentales del niño o del adolescente y, como dijimos antes, que propicien el diálogo. Segundo, me parece necesario destacarlo, no minimizar las situaciones de acoso escolar. Consejos tales como “defendete” o “pegale” no resuelven el acoso y por lo general, provocan aún más malestar en la víctima. Concurrir a la escuela a plantear lo que su hijo o hija está padeciendo es fundamental, para que la escuela pueda intervenir. También puede ser necesario o recomendable consultar a un psicólogo para que el niño o adolescente pueda iniciar terapia, como también para que los padres puedan contar con un espacio de orientación.
“Consejos tales como ‘defendete’ o ‘pegale’ no resuelven el acoso y por lo general, provocan aún más malestar en la víctima”
¿Y la escuela?
En la escuela es fundamental que los docentes estén atentos a la relación que hay entre los alumnos tanto dentro como fuera del aula. No naturalizar las burlas, ni las peleas o discusiones. También pueden prestar atención a los cambios en el rendimiento escolar pues suelen ser producto de alguna problemática que los aqueja.
También pueden llevarse a cabo actividades de prevención donde la posibilidad de detectar los casos a tiempo, el debate y la reflexión sean el eje principal.
Recientemente se conoció el caso de un adolescente que fue agredido físicamente por sexta vez en 15 días y terminó hospitalizado, ¿Cómo se puede acompañar en estos casos?
El abordaje de estos casos tiene que ser multidisciplinario: escuela y familia deben trabajar en conjunto, dentro y fuera del aula. La familia acompañando, la escuela desde los equipos de orientación, docentes y directivos, trabajará de manera grupal con los alumnos para evitar que se repitan estas escenas. A su vez, equipo médico atenderá las lesiones y profesionales de la salud mental trabajarán sobre las consecuencias psíquicas que el bullying conlleva.
En redes sociales resurgió la creencia de que “algunos chicos se hacen más fuertes gracias al bullying”, ¿Qué pensas sobre esa afirmación?
Considero que es todo lo contrario. Quien sufre acoso escolar suele dar credibilidad a lo que los otros digan de sí mismo, cargando toda la vida con aquellos comentarios negativos que se hayan dicho de él. Pensemos que el bullying no es sólo el maltrato físico, sino el acoso verbal sistemático y reiterado entre otros maltratos. Nadie que sufra bullying se hará más fuerte.
“Quien sufre acoso escolar suele dar credibilidad a lo que los otros digan de sí mismo, cargando toda la vida con aquellos comentarios negativos que se hayan dicho de él. Nadie que sufra bullying se hará más fuerte”